03/12/2025
04:15 PM

'Debemos dejar la violencia, el rencor y la rabia para ser felices”

San Pedro Sula, Honduras.

El obispo Ángel Garachana pidió a todos los sampedranos que dejen el rencor, la rabia, violencia y venganza para vivir felices, sobre todo en esta época navideña.

“Siempre es tiempo de reconciliación y paz, pero en Navidad es más propicio y favorable, y en nuestra Honduras es urgente y necesario”, dijo el prelado en su tradicional mensaje que envía todos los años en conferencia de prensa.

La palabra de 2015 es especial porque es el año del jubileo y de la misericordia. Hace unos días se abrió la Puerta Santa en la Catedral como mandato del papa Francisco.

Garachana, explicó que la misericordia es la compasión entrañable de Dios, como la de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo por el hijo.

“La Navidad es la memoria permanente que Dios no se avergüenza de sus hijos, sino que hace suya su condición, se hace carne de nuestra carne para curar las heridas, aliviar los dolores, consolar en la desesperanza, alegrar en la tristezas y dar vida donde hay muerte”.

Monseñor resaltó que ser misericordioso es tejer relaciones interpersonales, familiares y sociales de amor hasta el perdón y la reconciliación.

“En el perdón de las ofensas viene la expresión más evidente del amor y para los cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir”.

Garachana llama a las personas a acercarse a quienes sufren enfermedades o soledad, a quienes son excluidos del desarrollo humano y de la integración social, a quienes no tienen casa, ni comida, ni trabajo. “Abramos nuestros ojos para mirar tantas miserias, nuestros oídos para escuchar los gritos de auxilio y ayuda”, predicó.

El pueblo pobre está sediento y necesitado de amor y consuelo, enfatizó.

Recordó que en Honduras se ha perdido la conciencia y la sensibilidad acerca del valor sagrado de la vida. “El pueblo necesita consuelo, ayuda, esperanza porque la quiere y la desea”, dijo el líder católico.

La Navidad cristiana del Jubileo de la Misericordia es una súplica, un grito apremiante a practicar “las obras de misericordia”.

“Será un modo para despertar nuestra conciencia muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza y para entrar todavía más en el corazón del evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina”, enfatizó Monseñor.

A propósito, recordó que Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre, por lo que invitó a la feligresía a acudir a los oficios religiosos que se desarrollarán durante Navidad y fin de año. Hay varios horarios para que todos tengan oportunidad.