26/12/2025
07:42 AM

Curiosidades y mitos envuelven a los campos bananeros

Tal vez a unos les suene familiar y a otros les despierte curiosidad escuchar los nombres de Kele Kele, Palomas Adentro o Palomas Afuera, tres ex campos bananeros que fueron bautizados en épocas de la Tela Railroad Company.

Tal vez a unos les suene familiar y a otros les despierte curiosidad escuchar los nombres de Kele Kele, Palomas Adentro o Palomas Afuera, tres ex campos bananeros que fueron bautizados en épocas de la Tela Railroad Company.

Las historias tejidas en torno a estos lugares llaman la atención de quienes las relatan y arrancan sonrisas a los que por primera vez las oyen.

Según Bernardino Ávila, uno de los habitantes de la aldea de Kele Kele, del ramal de Baracoa, Cortés, la leyenda tiene como protagonista a un oriental, quien a cargo de un comisariato o una despensa de comida, dijo a los obreros que regresaría a su país y se llevaría algunas cosas, en el diálogo saltó uno de ellos preguntando si se llevaría a su mujer, a lo que él contestó: hay Kele Kele, por decir “ahí que le quede”.

Desde esa fecha y de broma en broma, los pobladores adoptaron el nombre, el cual también tiene una segunda versión según comentan los aldeanos. “La cosa fue así: El chinito le cobró a uno de los obreros una deuda, éste se rehusó y amenazó con matarlo y la reacción fue: hay Kele Kele, -ahí que le quede”, expresó Douglas Díaz, poblador de la aldea de Cedros.

Las palomas

Gabriela García habita en el campo Palomas, del ramal de El Progreso, desde hace más de 30 años, su relató se remonta a los comentarios que hacía su padre, un ex trabajador de la finca. “Él nos contaba que este lugar era muy montañoso y lo que más abundaba eran las palomas. La Tela optó por construir casas y lo primero que se les ocurrió fue edificar barracones divididos en seis partes, entonces dispuso ponerle Palomas Adentro al lugar y a los barracones denominarlos como palomar”, comentó con una sonrisa; sin embargo, hoy es nombrado Campo Palomas.

“Es que la gente popularmente decía vamos allá a Palomas Adentro, que era llegar hasta los últimos barracones, igual los que se quedaban en la entrada al campo, por eso vino lo de Palomas adentro y afuera”, refirió Juan Manuel Hernández.

En El Progreso, los moradores de estas aldeas se sienten satisfechos de los nombres heredados por la Tela Railroad Company y hasta el momento ninguna comunidad ha pensado siquiera cambiar de nombre.

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Todavía existen los barracones llamados palomar, donde habitan seis familias en un solo campamento.

Birichiche, La 45, La 36, La 40, La 28, La 41 y La Fragua son otros de los singulares nombres de aldeas que llaman la atención de los extraños, pero que son vistos con normalidad por los propios.

La 45 también tiene su historia. Don Juan Rosales comentó que el nombre se deriva de la distancia porque la aldea está a 45 kilómetros de El Progreso y a 45 de Tela.

“Ésas son cosas que nos contaban nuestros familiares, además hemos comprobado que las distancias son ciertas”, adujo Rosales.

Ciertas o no, estas anécdotas han sido contadas de generación en generación.

Otros curiosos

En el sector de El Pantano, Baracoa, donde se establecieron los campos bananeros, ahora convertidos en aldeas, los nombres como Pajuiles, Mucula, Guanacastales, Nola y Toloa Creek, Toloa Adentro, Toloa Empalme fueron adoptados por la población sin ningún reparo, tampoco pensaron en la extrañeza que podrían causar a futuro.

“Estos nombres los puso la empresa, la verdad no supimos de dónde surgieron, han quedado pocos nativos, pues con la desaparición de las fincas mucha gente se ha trasladado para otro sitio”, aseveró Guillermo Hernández, uno de los pobladores de Mucula.

En muchos de estos lugares quedaron vestigios de lo que fue la época del “oro verde”, Toloa es uno de ellos que aún conserva el edificio donde funcionó el comisariato, un lugar donde los trabajadores recibían alimentos y herramientas proporcionadas a través de un crédito que brindaba la transnacional.

“Ya no funciona como comisariato, es una pulpería como cualquier otra, pero la gente tiene la costumbre de decir, vamos al comisariato. Pienso que en otro lugar ese término no se entendería, pero aquí seguimos anclados en el pasado”, dijo German Turcios, propietario del barracón, que tiene más de 50 años de haberse construido.

La aldea de Toloa tiene una particularidad y es que está conectado con Atlántida, Puerto Cortés y Yoro. También en Baracoa, Puerto Cortés, se encuentran las aldeas como Caoba, Cedros, Robles, El Sauce, El Calán y Guanacastales, según cuentan los moradores, la Tela Railroad Company plantó uno de estos árboles en cada campo.