San Pedro Sula, Honduras.
“El diálogo en la familia es insustituible y muchas veces nos dejamos envolver por la tecnología. Eso está afectando a muchas parejas”, dice el sacerdote Freddy Valdivieso, asesor nacional del Movimiento Familiar Cristiano (MFC).
La falta de valores y el no temor a Dios provoca también que muchos matrimonios y familias fracasen; pero hay otros que buscan ayuda y logran recuperarse.
“La tecnología nos ha atacado de una manera impresionante y eso nos ha ido llevando a un materialismo bárbaro. Eso nos lleva a olvidar a la familia y nuestras parejas”, expresa.
El cura, organizador del 15 Encuentro Latinoaméricano Movimiento Familiar Cristiano en San Pedro Sula, dice que nunca un emoticón de un beso, caritas felices o algo que signifique cariño sustituirá la conversación cara a cara.
“No pierda la oportunidad de dar un abrazo y un beso a los seres que ama. No podemos dejar de compartir. Hemos olvidado los momentos de jugar en familia y hemos cambiado por una computadora donde solo estoy yo y el aparato”, asegura.
En el criterio de Santos y Ondina Roque, presidentes del MFC en San Pedro Sula, la base es la familia.
Llevan 25 años trabajando con parejas y haciendo un trabajo incomparable por la familia y los matrimonios.
Para ellos, el papel de la familia ha sido importante a través de la historia. “Aprendemos los principios y valores. Nuestros padres nos enseñan la convivencia sana de una sociedad”. Don Roque dice que en San Pedro Sula los matrimonios llegan buscando ayuda por problemas de diversa índole, en su mayoría económicos, celos, educación de los hijos y algún tipo de estrés, falta de comprensión y respeto en la pareja.
Los matrimonios jóvenes entre uno y cinco años son los que piden más ayuda. Ondina indica que de cinco matrimonios que solicitan apoyo, cuatro reconocen su papel protagónico en su relación de pareja y logran mejorar su relación.
“Eso es básico porque a veces nos casamos, esperando que el otro nos haga feliz, cuando la fórmula es que yo haga feliz al otro”. Explica que el mayor problema es la infidelidad, incluso la cibernética.
“El diálogo en la familia es insustituible y muchas veces nos dejamos envolver por la tecnología. Eso está afectando a muchas parejas”, dice el sacerdote Freddy Valdivieso, asesor nacional del Movimiento Familiar Cristiano (MFC).
La falta de valores y el no temor a Dios provoca también que muchos matrimonios y familias fracasen; pero hay otros que buscan ayuda y logran recuperarse.
“La tecnología nos ha atacado de una manera impresionante y eso nos ha ido llevando a un materialismo bárbaro. Eso nos lleva a olvidar a la familia y nuestras parejas”, expresa.
El cura, organizador del 15 Encuentro Latinoaméricano Movimiento Familiar Cristiano en San Pedro Sula, dice que nunca un emoticón de un beso, caritas felices o algo que signifique cariño sustituirá la conversación cara a cara.
“No pierda la oportunidad de dar un abrazo y un beso a los seres que ama. No podemos dejar de compartir. Hemos olvidado los momentos de jugar en familia y hemos cambiado por una computadora donde solo estoy yo y el aparato”, asegura.
En el criterio de Santos y Ondina Roque, presidentes del MFC en San Pedro Sula, la base es la familia.
Llevan 25 años trabajando con parejas y haciendo un trabajo incomparable por la familia y los matrimonios.
Para ellos, el papel de la familia ha sido importante a través de la historia. “Aprendemos los principios y valores. Nuestros padres nos enseñan la convivencia sana de una sociedad”. Don Roque dice que en San Pedro Sula los matrimonios llegan buscando ayuda por problemas de diversa índole, en su mayoría económicos, celos, educación de los hijos y algún tipo de estrés, falta de comprensión y respeto en la pareja.
Los matrimonios jóvenes entre uno y cinco años son los que piden más ayuda. Ondina indica que de cinco matrimonios que solicitan apoyo, cuatro reconocen su papel protagónico en su relación de pareja y logran mejorar su relación.
“Eso es básico porque a veces nos casamos, esperando que el otro nos haga feliz, cuando la fórmula es que yo haga feliz al otro”. Explica que el mayor problema es la infidelidad, incluso la cibernética.