Funcionarios de Estados Unidos y América Central advirtieron este jueves de la falta de control efectivo por parte de los gobiernos de algunas zonas de la región, lo que aunado a fronteras porosas, facilita las acciones del crimen organizado.
'Hay partes significativas de muchos de los países centroamericanos donde el gobierno no controla efectivamente el territorio', señaló Christopher Ashe, funcionario del Departamento de Estado estadounidense que trabaja para la Iniciativa de Seguridad para Centroamérica (Carsi).
'Existen estas áreas remotas donde hay una ausencia general de presencia del gobierno, falta de capacidad de los cuerpos de seguridad y (donde) el gasto del gobierno tiende a ser extremadamente bajo en comparación con áreas urbanas', dijo Ashe, en el centro de análisis Woodrow Wilson en Washington.
Entre esas áreas, Ashe nombró la frontera entre Guatemala y Belice, la zona del Darién en Panamá, en la frontera con Colombia; la Mosquitia en Honduras (costa atlántica); y la costa atlántica en Nicaragua.
'Todas estas áreas tienen una actividad de narcotráfico y del crimen transnacional significativa', indicó.
Las porosas fronteras de los siete países de la región, que se ha convertido en una de las más violentas del mundo según cifras de la ONU, muestran 'controles fronterizos extremadamente débiles', funcionarios trabajando en condiciones extremas y una 'corrupción endémica', apuntó.
Werner Ovalle, funcionario de seguridad fronteriza del Sistema de la Integración Centroamericana (Sica), señaló a modo de ejemplo que en la frontera entre México y Guatemala, de menos de 1.000 km, hay 8 puestos fronterizos formales, pero 54 cruces vehiculares informales y 1.200 pasos ilegales identificados.
Esta situación abre las puertas al establecimiento del crimen organizado en las comunidades aisladas, donde se brindan 'servicios paralelos' a la población, lo que 'socava el concepto del Estado de derecho', señaló Ashe.
Estos grupos 'llenan vacíos que el Estado' ha dejado, construyen escuelas y hospitales y van ganando una 'cierta lealtad' que hace más difícil que los gobiernos puedan retomar estos lugares, estimó Ovalle.
El cártel mexicano de Los Zetas tiene presencia en 3 provincias de Guatemala y 'obviamente, por muchas de las debilidades que existen en los pasos fronterizos, esto se va proyectando hacia los otros países de Centroamérica' advirtió Ovalle.
Los gobiernos centroamericanos no tienen otra opción que asegurar sus fronteras, dijo Ashe.
'No es sólo poner una bandera, no es sólo tener un policía con un vehículo policial que no se atreverá a salir de la estación por miedo' a los grupos criminales, señaló el funcionario
'También tienen que proveer a las comunidades educación, salud y fuerzas de seguridad y un sistema judicial transparente y no corrupto, para que los ciudadanos no recurran al crimen transnacional cuando requieran servicios', aseveró.
La tarea es ardua pero la alternativa de la inacción 'es aún más sombría', con la posibilidad de que incremente la violencia y el gobierno central 'se vuelva más débil', agregó.
Estados Unidos está colaborando a través de Carsi con recursos y entrenamiento a policías y personal migratorio y aduanero, señaló.
Werner afirmó que los gobiernos centroamericanos ya tienen la 'visión' de que hay que 'fortalecer los puestos fronterizos
formales que están constituidos pero también voltear a ver y empezar a generar acciones para fortalecer la presencia del Estado en los puntos donde no hay'.