El enviado de la ONU para Birmania, Ibrahim Gambari, llegó ayer a la capital tailandesa, Bangkok, primera etapa de una gira de dos semanas en Asia para intensificar la campaña mundial a favor de la democratización en Birmania.
El diplomático nigeriano no hizo declaraciones al llegar a Bangkok, donde se reunirá hoy con el primer ministro tailandés, Surayud Chulanont, y con el ministro de Relaciones Exteriores, Nitya Pibulsonggram. Tailandia, normalmente discreto en su postura hacia Birmania, con la que mantiene estrechos lazos comerciales, había enviado a la junta militar una carta de protesta ante la brutal represión de las manifestaciones pacíficas.
Manifestaciones
Entre tanto, las autoridades birmanas seguían apresando a opositores prodemócratas, aunque la junta levantó algunas de las restricciones instauradas con ocasión de las protestas masivas de agosto, como el toque de queda y las que afectaban al acceso a internet. Amnistía Internacional reportó ayer que seis disidentes fueron detenidos en Yangon este fin de semana.
La organización agregó que las detenciones son parte de un endurecimiento de las autoridades tras el violento cese de las protestas que dejaron un saldo de al menos 13 personas muertas, aunque medios diplomáticos consideran que la cifra es mayor.
