El titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, SAG, Jacobo Regalado, dijo ayer que el bono de solidaridad productiva será entregado bajo la condición de que el campesino no queme la labranza donde pretende sembrar y que, a cambio, utilice una buena práctica de cultivo.
De esta forma se pretende contribuir a la campaña orientada a evitar la destrucción del bosque que cada vez se agrava al extremo de que en lo que va del año los incendios han destruido 24,283 hectáreas, según el Instituto de Conservación Forestal.
Los campesinos en su gran mayoría acostumbran socolar el predio donde van a hacer la siembra de primera y a los meses, cuando ya está seco, le dan fuego para eliminar la maleza para facilitar la siembra. Por lo general, el campesino es muy disciplinado, primero hace rondas alrededor de la milpa antes de prenderle fuego.
El ministro de la SAG dijo que la idea este año es condicionar el bono a cambio de que el campesino se comprometa a no quemar y a colaborar con el proceso de repago, que consiste en el compromiso de entregar una pequeña parte de su cosecha a una entidad autorizada para ir formando un capital semilla que sirva para otras cosechas.
“La idea es que este bono de solidaridad productiva sea recuperado para poder ser reinvertido en el ciclo que viene para continuar un proceso sostenido y de apoyo a los pequeños productores, así se generará un mecanismo que le permita continuidad y a la vez permita al Gobierno en el próximo ciclo apoyar a otro productor”, dijo el ministro.
El funcionario se reunió con representantes de la FAO, del Programa Mundial de Alimentos, el Instituto Interamaricano de Cooperación Agrícola y el Programa Nacional de Desarrollo Sostenible para afinar el plan de sostenibilidad del bono de solidaridad, antes tecnológico.