La vulnerabilidad, el deterioro ambiental y las insuficientes políticas de prevención de los países de Centroamérica convierten a esta región en un escenario de alto riesgo ante la próxima temporada de huracanes.
La ubicación de la mayoría de los países de Centroamérica en la cuenca del Caribe implica la amenaza permanente del impacto directo e indirecto de huracanes y tormentas tropicales que, año tras año, se generan en el océano Atlántico durante la temporada de seis meses, junio a noviembre.
Reducir la vulnerabilidad de los países de la región centroamericana se ha vuelto una tarea vital.
Los altos niveles de pobreza en los seis países de Centroamérica que afecta al 50 por ciento de los casi cuarenta millones de habitantes, tienen su reflejo en una mayor debilidad ante los desastres.
Se han logrado avances en la prevención de desastres en la región, la frecuencia de fenómenos que causan desastres en la región en los últimos años ha ido aumentando.
Causas
Los desastres en la zona obedecen, según diversos expertos, a la precariedad de las viviendas y a la ubicación de múltiples comunidades en áreas propensas a amenazas como laderas de ríos y humedades, combinados con escasa infraestructura social y de servicios.
La totalidad de los países centroamericanos tienen problemas relacionados con el uso del suelo, donde la deforestación aparece como el elemento principal.
A ello se une, según el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central, “una débil capacidad de reducción y gestión del riesgo por parte de instituciones públicas y privadas y de los gobiernos nacionales y locales”.
Actividades
Los gobiernos de la región, a través de sus comisiones nacionales de emergencia, están desarrollando varias actividades para afrontar la temporada de huracanes que se avecina, los retos pendientes aún son muchos.
El presidente salvadoreño, Elías Antonio Saca, informó recientemente de que se estaban invirtiendo unos 80 millones de dólares en obras de mitigación en diferentes zonas para disminuir la posibilidad de derrumbes, aunque reconoció que las obras no concluirán antes de que lleguen las lluvias.
En Honduras, el titular de la Comisión Permanente de Contingencias, Copeco, Juan Carlos Elvir, dijo que el país esta mejor preparado para hacer frente a un huracán, aunque no lo suficiente para un desastre de grandes proporciones.
Tras el paso del huracán “Mitch”, que causó daños materiales en todo el país y dejó más de 5,000 muertos, el territorio hondureño ha quedado más vulnerable, según Elvir.
Mientras en Nicaragua se ejecuta el Plan Invierno 2006 en los municipios del país que son altamente vulnerables y con riesgo por amenazas de deslizamientos e inundaciones.
En Guatemala, que fue gravemente castigada el año pasado por la tormenta “Stan”, el director de la Coordinadora para la Reducción de Desastres, Hugo Hernández, dijo que se ha diseñado “un plan de emergencia, en coordinación con todas las instituciones del Estado, para dar una respuesta inmediata a la población”.
En los últimos 40 años, cada uno de los países de la región han sido afectados de una u otra forma por tormentas y huracanes.
Reconstrucción
La batalla de Nueva Orleans por renacer de sus escombros se libra calle por calle, manzana por manzana, pero las secuelas del huracán “Katrina” ya dejan entrever que lo que se está fraguando es una ciudad distinta, más rica, blanca y menos poblada. Y sus habitantes confían en que también más segura.
Nueve meses después del paso del “Katrina”, la “ciudad del jazz” todavía se lame las heridas de un desastre que hizo tambalearse la proverbial confianza que tienen los estadounidenses en sus autoridades.
El 29 de agosto de 2005, un destructivo huracán de categoría 5 inundó un 80 por ciento de Nueva Orleans, en el estado de Luisiana, después de que cediesen los diques de contención.
Unos 1,300 de sus habitantes murieron y otros 2,000 desaparecieron.
El 60 por ciento de los ciudadanos de Nueva Orleans todavía no ha vuelto a sus hogares y en muchos casos, hay serias dudas de que eso llegue a suceder alguna vez.
A pesar de que sufrieron un grado de devastación similar, la reconstrucción marcha a un ritmo acelerado.
Cifras
200 mil millones
De dólares
Fueron las pérdidas que dejó la temporada ciclónica de 2005 en los Estados Unidos y Centroamérica.
Dos mil
Muertos
Dejó el huracán Stan tras su paso por Centroamérica, la mayoría de las víctimas era de Guatemala y El Salvador.
123 mil
Damnificados
En los siete países que forman la franja centroamericana dejó la temporada ciclónica del año pasado.