La Policía Nacional de Honduras realizó este jueves allanamientos en la vivienda del alcalde Adán Fúnez de Tocoa, Colón, zona del litoral atlántico de Honduras.
La calle de acceso a la casa del edil tocoeño que está ubicada en la colonia 18 de Septiembre ha sido bloqueada por agentes de la Dirección Policial de Investigación (DPI) y Policía Militar del Orden Público.
Cabe mencionar que, la vivienda del alcalde se encontraba resguardada por agentes policiales luego de que el sacerdote Carlos Orellana lo responsabilizara del crimen del ambientalista Juan Antonio López.
El equipo de la DPI que está adentro de la casa del edil es el que realiza la investigación del asesinato de Juan López, por lo que se presume que están en busca de algún indicio sobre ese caso.
De momento, no existe ninguna acusación en contra del edil, que forma parte del Partido Libertad y Refundación (Libre).
Detalles de la muerte de Juan López
LA PRENSA estuvo en Tocoa cuatro días después del asesinato de Juan López. Se observó la lucha de organizaciones campesinas, así como de la sociedad civil, que se pronuncian a diario para exigir justicia.
La exigencia también traspasó fronteras, pues organizaciones de derechos humanos internacionales, así como congresistas de Estados Unidos y personalidades de otros países también pidieron esclarecer el crimen contra López, especialmente porque desde 2023 tenía medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tras recibir amenazas. Juan fue acusado en 2018 junto con otras personas de privación injusta de libertad, incendio agravado, robo y asociación ilícita tras oponerse a un proyecto minero en el río Guapinol.
El director de la Policía Nacional, Juan Manuel Godoy, así como el titular de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), Eduardo Turcios Andrade, permanecían en Tocoa haciendo tareas de coordinación con el equipo de investigación que viajó desde Tegucigalpa.
La tarde del 14 de septiembre Juan Antonio López salió de su casa a la iglesia de la colonia Fabio Ulloa a una celebración religiosa, pues también era delegado de la pastoral social de la diócesis de Trujillo y delegado de la palabra.
Luego de haber terminado la celebración, López salió de la iglesia y se subió a su camioneta mientras esperaba que su compañera cerrara el portón principal.
Juan esperaba sentado en el asiento del conductor del vehículo cuando un hombre con un casco puesto y con mascarilla intentó abrirle la puerta del pasajero; luego de varios intentos fallidos se apostó enfrente del carro y comenzó a dispararle en reiteradas ocasiones. Mientras el atacante disparaba, tres personas buscaron resguardo, pero también observaron lo ocurrido, conoció LA PRENSA Premium durante su visita a Colón.
El responsable del crimen conducía una motocicleta pequeña, con características similares a las utilizadas comúnmente por mujeres -pero la fuente no brindó detalles o especificaciones concretas-; luego de disparar corrió hasta donde tenía el vehículo de dos ruedas, pero “por la premura, al inicio no le encendía y después se fue huyendo”, comentó uno de los testigos.
“Todo ocurrió muy rápido, al escuchar los dos primeros sonidos creí que eran cohetes, pero luego ya vimos lo que estaba pasando, al salir de la casa la mujer que andaba con la víctima lloraba desesperada, pero ya no pudieron hacer nada porque estaba muerto dentro del carro”, relató.
Rápidamente la escena se llenó de vecinos, pues en una de las esquinas de la cuadra cercana a la iglesia había una reunión familiar y en el otro extremo aún más retirado estaba otra celebración de una iglesia evangélica.
Cuando la policía llegó a la escena del crimen observó que el cuerpo de Juan Antonio López tenía varias heridas en el pecho.
Las personas en el lugar también tenían abierta la puerta del vehículo, pues en su desesperación trataron de ayudarlo, pero algunos comentaron que estaba sin vida.
En varias cuadras de la colonia Fabio Ulloa, por donde el sicario en motocicleta circuló, hay cámaras de seguridad en las viviendas que pueden ayudar en las investigaciones del caso.
Durante un recorrido, este equipo identificó una vivienda cerca de la iglesia que tenía dos cámaras, mientras que en otra casa siguiendo por la vía había otras dos.
“El hombre andaba tapada su cara, porque sabía lo que haría, estas cuadras en la noches son algo oscuras y aprovechó, pero sí había bastantes personas que pudieron haberlo visto o se fijaron en más detalles”, comentó uno de los tocoeños, quien dijo estar indignado por tanto asesinado en la comunidad.
El equipo de LA PRENSA Premiun también escuchó el relató de otro de los pobladores que solo dijo haber visto el motociclista huir después del tiroteo, pero por la oscuridad no reparó en los detalles y confirmó que en la calle había varias personas cuando sucedió el crimen.
“Estamos con miedo, muchos no van a hablar porque ya sabemos lo que nos puede pasar”, argumentó, al tiempo que expresó que son las autoridades las que tienen que hacer las investigaciones para que el asesinato de López no quede en la impunidad.