La renuncia de varios guardias de una empresa privada ha dejado a medias la seguridad en el hospital público. Es permanente el temor de los pacientes y empleados de que los asalten.
Varios celadores que pidieron omitir sus nombres dicen que el problema ya lleva varios meses. En varias ocasiones se han ido a huelga para que sus patronos escuchen sus reclamos. Con ello apenas han logrado que les cancelen un mes y han quedado pendientes cuatro de cinco atrasados.
“Estamos aquí por necesidad. Si nos vamos como otros compañeros, perdemos los derechos. Esperamos que nos cancelen los que nos deben”.
Para que el centro asistencial no quede completamente desprotegido, las autoridades hospitalarias han logrado que Fuerzas Armadas y Policía Preventiva asignen varios elementos en los alrededores. Estos no llevan ningún control y mucho menos revisan los vehículos y bolsas de las personas que entran y salen del sanatorio. “Lamentamos que el problema sea viejo y que nadie le busque una solución. En este lugar, nadie sabe lo que entra y sale. Los pocos guardias se limitan a abrir y cerrar los portones”, expresó Luis Castro, pariente de un enfermo.
Se informó que el recién nombrado director del centro asistencial, Orlando Hall, ya hizo el reclamo a la empresa para que resuelva el problema que afecta la seguridad de los que laboran y visitan el lugar.
Al establecimiento acuden más de 400 pacientes al día, no solo de El Progreso, sino de otros municipios como Santa Rita, El Negrito. Este mismo problema tienen los guardias del Mario Rivas de San Pedro Sula.
