19/04/2024
11:00 AM

'Actitud de Zelaya ante los medios nos da mala imagen”

El presidente Manuel Zelaya debe ser tolerante ante las críticas, especialmente cuando éstas provienen de medios de comunicación serios y responsables.

El presidente Manuel Zelaya debe ser tolerante ante las críticas, especialmente cuando éstas provienen de medios de comunicación serios y responsables, dice el director del telenoticiero Abriendo Brecha, Rodrigo Wong Arévalo.

Su opinión es compartida por el presidente del Colegio de Periodistas de Honduras, CPH, Juan Ramón Mairena, quien se muestra preocupado por la imagen que se está formando de Honduras en el exterior al tener permanentemente a un presidente de la República cuestionando a los medios de comunicación independientes que le señalan sus errores.

El viernes, durante una ceremonia castrense en la Escuela Militar Francisco Morazán, el gobernante arremetió contra los diarios El Heraldo, LA PRENSA y La Tribuna por publicar, según él, noticias “tendenciosas, perversas, mal intencionadas”.

El gobernante reaccionó molesto cuando se le solictó su opinión acerca de comentarios de prensa según los cuales su parentela está abusando del poder, haciendo compras con dineros del Estado y utilizando la llamada partida confidencial.

Para Wong Arévalo, “los dignatarios y funcionarios públicos tienen que estar conscientes de que sus funciones son sujetas de crítica de los medios de comunicación y éstas siempre llevan la buena intención de que se corrijan los errores”.

“En ese sentido cualquier funcionario, cualquier dignatario que considera que una crítica afecta su intimidad personal o familiar, tiene abiertos los conductos que establecen las leyes como la Ley de Emisión del Pensamiento, que establece el derecho a la réplica”.

El gobernante aseguró que no le publican sus aclaraciones. En LA PRENSA se dejó constancia de que no se han recibido aclaraciones.

“Los medios, los periodistas responsables, sabemos que estamos obligados a acoger las aclaraciones, de tal manera que se establezca lo que se llama un equilibrio”.

Wong Arévalo no ve que “se pueda ver afectada la integridad o que se pueda considerar que hay una mala intención de ningún medio informativo” contra un Presidente o funcionario, “siempre que ese medio informativo se acoja a la seriedad que le establece la Ley de la Libre Emisión del Pensamiento de publicar con responsabilidad todas las réplicas.

Yo creo que no es bueno ni saludable ese tipo de confrontación, ni para el Presidente ni para los medios ni para el país”.

Mejorar su relación

Para el presidente del CPH, Juan Ramón Mairena, el mandatario debe aceptar las críticas y procurar mantener una mejor relación con los medios de comunicación, cuya única finalidad es informar.

Esperamos que con la nueva asignación de Raúl Valladares, quien ha sido director de medios, se mejore la relación con la prensa y que entiendan que la labor de los medios es transmitir información de interés nacional y que eso abona a lo que es un buen gobierno”.

A su criterio el Presidente no debería tener una “reacción tan absoluta, tan fuerte, cuando algunos señalamientos tienden a buscar la reflexión de parte de quienes nos gobiernan”.

Dijo que en el seno del CPH ya se han presentado denuncias contra el Gobierno, no precisamente contra él, pero sí señalando a funcionarios que han amenazado de muerte a periodistas.

“El problema es de imagen internacional. Esto no es bueno ni correcto”, dijo.

Iglesia advierte a Mel sobre rol antidemocrático

La Iglesia Católica se sumó a la lista de quienes ven con preocupación las amenazas del presidente Manuel Zelaya contra la libertad de prensa y la democracia en el país.

En su editorial, el semanario Fides pidió a los que gobiernan el país hacer un buen uso del poder y no utilizarlo en contra de quienes defienden los derechos fundamentales de la población.

“Quien ejerce el poder en un régimen democrático siempre debe tener en mente que ostenta una delegación dada por el pueblo”, dice.

Sectores de oposición y analistas se han quejado del marcado sectarismo político del gobernante y sus principales allegados.

“Además, es bueno siempre recordar que el poder político, por muchos recursos y fuerza que tenga a su disposición, es perecedero y que al final habrá que rendir cuentas”, subraya.

Dice Fides que el ejercicio del poder político está limitado por el recto uso de la razón y por las facultades que le confiere el marco legal de donde surge su legitimidad.

“Quien dispone del poder no tiene la libertad de decir lo que se le antoja”, dice Fides.

Según el editorial, la responsabilidad del gobernante es la promoción y protección de los derechos del pueblo. El editorial aconseja a los gobernantes que profesen el debido respeto a los gobernados.

“Para que exista una dirección eficaz de parte del Estado, se hace obligatorio el respeto a los altos valores que caracterizan la democracia. No hay que olvidar que el poder es una droga poderosa, si quien lo ejerce no tiene un buen discernimiento moral, de manera sutil al inicio, pero en forma desbordada después de cierto tiempo, provocará cambios significativos en el comportamiento de quienes lo usufructúan”, expresa el editorial.

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Ramón Mairena expresó que el Presidente debe mejorar relación con los medios.

“Cree que tiene el monopolio de la verdad”

El reconocido abogado y vicepresidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP, Edgardo Dumas Rodríguez, comentó que el presidente Manuel Zelaya Rosales, actuó de manera visceral contra los medios de comunicación.

Con la propiedad para hablar del caso por ser un connotado profesional del derecho y representar además al principal organismo que defiende la libertad de prensa y de expresión, Dumas calificó que el mandatario no está actuando con la altura y dignidad que el cargo que ocupa le exige.

En una conferencia de prensa, Zelaya anunció la creación de prensa escrita y televisada estatal.

Para Dumas, ésta es nada más una excusa para “imponer criterios como los que ya se practican en otros gobiernos como el de Hugo Chávez en Venezuela y próximamente en Bolivia por Evo Morales”, asegura.

Explicó que “el Gobierno tiene una radio gubernamental que nadie escucha, porque desgraciadamente no tiene credibilidad. Si funda un periódico o una estación de televisión le va a pasar lo mismito. Al llamar mentiroso a los medios demuestra que él cree que la única persona que dice la verdad es él”.

Dumas Rodríguez criticó al Presidente porque no es correcto pensar o creer que se tiene el monopolio de la verdad, y que toda aquella persona que está en contra es enemigo de la patria, o es traidor de la patria o enemigo del gobierno.

“Parece que esa forma de pensar no es saludable a los intereses del país. Por otro lado, el Presidente dice representar una mayoría, si estamos en esa mayoría supuesta tenemos tanto derecho o más derecho que él, y ese derecho debe respetársenos, pues nosotros que somos parte de esa minoría debemos estar protegidos por situaciones adversas de parte del sector público”.

Dumas señala que cuando se pronuncian esa clase de expresiones a veces se da la impresión de que se está amenazando o se está disminuyendo la libertad de expresión.

“Cuando esas expresiones provienen del primer magistrado del país, los que practican esa libertad de expresión tienen una situación bastante incómoda, para calificar de una manera legal”.

Una manera de marcar la diferencia, si lo que Zelaya pretende es ser un Presidente distinto es hacer uso del diálogo, le recomienda.

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“Al hablar de cosas intrascendentes insulta y le falta el respeto a la inteligencia del pueblo”.

La condena de la SIP

La Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, denunció recientemente que en “países con gobiernos legítimamente electos, como los de Argentina, Bolivia, Colombia, Honduras, Uruguay y Venezuela, funcionarios de alta jerarquía se han encargado de señalar públicamente a medios concretos cuyas informaciones y opiniones les incomodan”.

Si esto continúa, advierte la SIP, “las consecuencias son amenazas más o menos anónimas contra esos medios y periodistas, así como el surgimiento de grupos violentos afines al Presidente que, al mejor estilo de las bandas fascistas de antaño, ejercen actos intimidatorios contra la prensa no adicta”.