En un poco más de ocho años, la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel), pasó de ser “la gallinita de los huevos de oro” y la joya de la corona de las empresas públicas del Estado de Honduras a una institución menesterosa que ahora depende de las subvenciones del Gobierno para sobrevivir.
En el último año, la estatal de telecomunicaciones cerró con un déficit de L756.1 millones, L256 millones más que el año precedente, según se desprende de sus estados de resultados a diciembre de 2013. El presupuesto de Hondutel en 2013 ascendió a L3,115.6 millones.
Cada día que Hondutel abre sus puertas al público registra pérdidas de L1.8 millones y más de la mitad de ese dinero se destina exclusivamente a mantener la inflada planilla de 5,000 empleados permanentes y por contrato, más los jugosos beneficios que estos devengan por efecto del contrato colectivo de trabajo.
Autoridades de la empresa confirmaron que en 2011 la institución cerró sus operaciones con pérdidas de más de L250 millones, en 2012 se duplicaron a más de L500 millones y en 2013 alcanzaron los 756 millones, aunque la proyección era terminar el período con un déficit anual de L1,000 millones.
En enero de 2014 las finanzas continuaron su franco y progresivo deterioro al registrar ingresos brutos de L90.8 millones frente a gastos operativos, administrativos y financieros que ascendieron a cerca de L121 millones para cerrar con un déficit estimado en L30.1 millones.
De continuar esta misma tendencia al final de 2014, Hondutel cerrará con un déficit global de L361.2 millones.
Los expertos consideran que el rescate de la institución radica en reducir a lo mínimo su enorme burocracia y la diversificación de sus servicios de la mano de un socio estratégico que le permita realizar millonarias inversiones para modernizar su equipo y expandir su presencia a la mayor parte del país.
Burocracia insaciable
Especialistas consultados por LA PRENSA coinciden que el deterioro financiero de Hondutel obedece a la ausencia de inversión en tecnología, la fuerte caída de sus ingresos por llamadas nacionales e internacionales, el tráfico gris y su excesivo número de empleados, quienes gozan de desmedidos beneficios laborales. Hondutel carga con un oneroso contrato colectivo de condiciones de trabajo que engulle gran parte de su presupuesto anual.
En diciembre de 2005, durante el Gobierno del entonces presidente Ricardo Maduro Joest, la empresa contaba con 3,200 empleados que absorbían un presupuesto de L46 millones mensuales, pero en la gestión de Manuel Zelaya la planilla y los gastos se dispararon al doble.
En 2012, en el gobierno de Porfirio Lobo Sosa, la planilla de servicios personales era de 4,200 trabajadores que generaban un gasto de 83 millones mensuales, es decir, 37 millones más de lo registrado en diciembre de 2005.
A pesar del progresivo deterioro financiero la contratación de personal no paró y en julio de 2013 Hondutel contaba ya con más de 5,000 empleados permanentes, subrogados y por contrato que representaban en ese momento un gasto en sueldos de L122 millones con beneficios colaterales.
Al final del ejercicio fiscal de 2013, la empresa registró un gasto en el rubro de “servicios personales” por 1,562.5 millones, que representaron un 50.1% del presupuesto total de la empresa que ese año fue de L3,115.6 millones.
En términos comparativos, el presupuesto de Hondutel en lo que concierne al pago de salarios y colaterales creció entre 2011 y 2013 un 16.6%, al pasar de L1,303.8 millones a 1,562.5 millones, es decir, 258.6 millones más.
Dentro de los beneficios adicionales que gozan los empleados y ejecutivos de Hondutel figuran las horas extras, bonos de vacaciones y por utilidades, décimo tercer y décimo cuarto mes de salario, “gastos de representación en el país”, “otra asistencia social al personal” y otros complementos.
En concepto de horas extras en 2013 se presupuestaron un total de L10.9 millones, L780,000 en gastos de representación, L20 millones en “otra asistencia social al personal” y L101.2 millones en complementos al trabajador.
En pago de sueldos básicos al personal permanente se erogaron más de L1,029,8 millones y con los colaterales esa cifra subió a L1,504,3 millones, mientras que el gasto en salarios y colaterales a trabajadores por contrato ascendió a L26.5 millones, sin contar con las erogaciones en horas extras y el resto de beneficios.
Uno de los miembros de la anterior Comisión Interventora de Hondutel que pidió la reserva de su nombre dijo que el impacto de los contratos colectivos en las finanzas es bastante alto y detalló que este comenzó a sentirse con más fuerza en los últimos años de la bonanza económica de la empresa.
“Aun cuando Hondutel estaba bien, ya comenzaba a verse un exceso en los contratos colectivos porque se estaba pagando a la fuerza de trabajo no calificada, dos y hasta tres veces más el sueldo regular existente en el mercado de trabajo”, apuntó.
Puso como ejemplo que un trabajador no técnico podía entrar ganando fácilmente el doble del salario mínimo, lo que generó que muchos trabajadores calificados como técnicos e ingenieros terminaron yéndose a otras empresas del campo privado.
La fuente destacó que en el caso de Hondutel ha existido una tendencia del sindicato a pedir beneficios adicionales que no tienen otras empresas públicas, por ejemplo, un bono de vacaciones adicional y el famoso bono de utilidades que se paga por igual a todo el personal, todo lo cual viene a hacer un total de 16 salarios en el año. Asimismo, los empleados de Hondutel gozan del beneficio que el décimo tercero y décimo cuarto mes de salario se les paga al 130% sin deducciones.
El entrevistado destacó que el sindicato exageró en la demanda de sus conquistas al punto de pedir que el parque de los empleados se convirtiera en un zoológico financiado con las utilidades anuales de la empresa.
“Esos excesos fueron creando una carga enorme en el costo de la fuerza de trabajo de la empresa”, acotó.
Asombrosos privilegios
En comparación con los beneficios que gozan otros trabajadores del sector público, el personal de Hondutel goza de privilegios extraordinarios e inverosímiles.
Para el caso los empleados reciben servicio de transporte diurno y nocturno, un bono de 350 lempiras para personal de seguridad por este mismo concepto y derecho a defensa legal y pago de fianzas asumidas por la empresa en caso de “incidentes o accidentes ocurridos en el lugar de trabajo”.
Asimismo, este último beneficio cubre a los dirigentes sindicales que “en un momento de actividad sindical le ocurra un percance”, según se cita en la cláusula 24 del contrato colectivo.
En la cláusula 26 se establece que Hondutel y Sitratelh efectuarán un estudio a nivel nacional a fin de dotar de motocicletas o bicicletas a los mensajeros y a los conserjes, cuando las necesidades del servicio así lo requieran; dotándoles de cascos e implementos que exige el Reglamento de Tránsito.
En aquellas oficinas donde no haya mensajero, se le asignará una bicicleta al telegrafista para que pueda repartir avisos y despachos telegráficos.
En la cláusula 45 se establece que los empleados becados para cursos de capacitación en telecomunicaciones, administración o de carácter sindical o realicen viajes de estudio e investigación que tengan relación a su puesto de trabajo, Hondutel les concederá licencia con goce de sueldo hasta un máximo de tres años. También tienen derecho a pagos de vacaciones remuneradas que incluye un porcentaje adicional de acuerdo a los años de servicio y en base a una tabla remuneratoria.
El contrato colectivo también contempla el otorgamiento de permisos con goce de sueldo en caso de nupcias (7 días), muerte de parientes cercanos (9 días), nacimiento de un hijo (4 días) y calamidad doméstica (16 días).
Además, los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del Sitratelh y los otros miembros que fueren nombrados en comisiones de carácter sindical “gozarán de licencia con goce de sueldo por el tiempo que fuere necesario”.
Pero estos y otros beneficios no se quedan ahí, para el caso se paga el 75% del salario al empleado que preste su servicio militar durante el tiempo que este dure, se paga la licencia de conducir a conductores, mensajeros y repartidores de avisos y se otorga un bono de gastos fúnebres de 26 mil lempiras por fallecimiento de un pariente cercano.
Hondutel también concede a sus empleados cuya jubilación o pensión permanente provenga de un riesgo profesional aprobado por el Injupemp una bonificación de 12 meses de su salario. Dicha bonificación no debe ser menor de L100.000.
También la empresa asume todos los gastos de traslado al extranjero de sus trabajadores en caso de gravedad extrema o muerte de uno de sus padres, cónyuge, compañera (o) de hogar, hijos o hermanos que estuvieren fuera del país.
Entre otras muchas prerrogativas, los trabajadores de Hondutel gozan de la dotación mensual de leche para sus hijos infantes hasta 15 meses, dotación de exámenes y anteojos, franquicia para llamadas naciones e internacionales, instalación gratuita de teléfonos en sus viviendas y becas para sus hijos en edad escolar, secundaria y universitaria.
Asimismo, contempla la asignación de fondos de hasta 1.2 millones anuales para construcción y mejoramiento de los centros recreativos y canchas deportivas, concesión de tres vehículos para el uso exclusivo de los miembros del sindicato y dotación de uniformes, cascos, zapatos, sandalias y botas, así como otros implementos para realizar su trabajo.
Otro aspecto gravoso para la institución es la asignación de un bono del 20% de los excedentes de las utilidades por operaciones. Este beneficio se paga desde abril de 2002 y se hace en forma proporcional al sueldo entre todos los empleados permanentes.
El exgerente de Hondutel, Romeo Vásquez Velásquez, reconoció que la planilla de empleados y los beneficios que estos reciben son una pesada carga que impide el despegue económico de la empresa, aunque dijo que el mayor problema radica en la falta de inversión en nuevas tecnologías y en su modernización.
“La empresa se quedó atrasada vendiendo solo telefonía fija y además hubo un gobierno que limitó a Hondutel para que durante 10 años no invirtiera y le diera exclusividad a la empresa privada, lo que hizo que se quedara atrás en el tiempo sin capacidad para poder competir con las otras telefonías privadas”, remarcó.
Vásquez justificó que la ley protege a los empleados de Hondutel, a tal punto que sea que los despidan o renuncien siempre se les tiene que pagar prestaciones, lo que representa una fuerte erogación en recursos.
Expuso que muchos empleados que fueron despedidos en años anteriores tuvieron que ser reintegrados y además se les pagaron sueldos caídos y otras indemnizaciones por despido injustificado, lo que vino a abultar la planilla de la institución.
A raíz de todo lo anterior, puntualizó que Hondutel se ha quedado operando bajo un esquema difícil de mantener que solo puede ser superado con una millonaria inversión tecnológica que el Estado no tiene la capacidad de asumir sino a través un socio estratégico.