16/04/2024
03:02 PM

Sacerdote que arrebató mascarillas a feligreses pidió perdón por su acto

El padre Rolando Peña admite que suele decir malas palabras, pero con cariño para ganarse a la gente.

SANTA ROSA DE COPÁN.

Con una disculpa para aquellas personas que se sintieron ofendidas por su acción, el sacerdote Rolando Peña pidió que no se malinterprete su mensaje.

El cura reconoció que se trató de un acto imprudente el hecho de arrebatar la mascarilla de una mujer luego de participar en un evento litúrgico el pasado Domingo de Ramos en Corquín, cuyo video se viralizó.

“Por ganas de molestar, yo respeto mucho a la gente, yo pido perdón si alguien afecté, pero es mi manera de ser”, justificó el sacerdote que es párroco de Corquín, Copán.

Él además reconoció que dice palabras soeces, pero que lo hace con cariño, “así me gano a la gente”.

El Domingo de Ramos el padre fue grabado cuando arrebataba un cubrebocas a una de las fieles y pidió a otros, quitársela.
El católico recordó que el domingo salió de la iglesia de Corquín a eso de las 7:00 am a bendecir los ramos por las calles y unas seis horas después, regresó al templo y fue cuando vio a una de las feligresas y le quitó la mascarilla porque, según él, quería verle la cara, hecho captado en un video que se viralizó ya que debido a la pandemia del covid-19, se ha hecho hincapié en el uso de cubrebocas para reducir el riesgo de contagios.

Al ser consultado sobre si podría ser separado de su cargo como párroco de Corquín, Peña indicó que está preparado para dejar la parroquia. “Me quedo tranquilo si yo soy el problema no quiero molestar a nadie. Las obras hablan, yo esta iglesia la agarré en añicos y mírela hoy”.

“No puedo negar que el virus existe, pero pregunto dónde está y por eso es que me meto en problemas”, añadió el sacerdote que tiene 32 años sirviendo en la Iglesia católica.

Darwin Andino, obispo de la diócesis de occidente, calificó el hecho como una irresponsabilidad, ya que la iglesia ha trabajado en el respeto de los protocolos de bioseguridad en los recintos católicos, por lo que advirtió de un llamado de atención.