Un día soleado me dediqué a pasear por las calles de Triunfo de la Cruz.
Mientras la vida me regalaba minutos, viento, sol e incertidumbre, divisé una humilde casa con la puerta abierta y las ventanas de par en par y, sentada en una silla, a una princesa de antaño. Me detuve un momento para observar a la dama que portaba un vestido floreado y un pañuelo en la cabellera.
Al verla, el reportero gráfico Guilmor García quiso retratar su postura y no dudó en tomarle una foto. Alguien dijo: 'Se dice que la persona más vieja del mundo tiene 112 años, pero el ser más longevo de este planeta se encuentra en este pueblo: doña Jerónima, de 116 años'.
En ese momento se develó el nombre de la dama y empezamos a investigar si tenía familiares que nos la pudieran presentar para entablar una tertulia. La fortuna estaba de nuestro lado: a pocos metros de donde estaba su nieto Margarito, con quien hablamos. Supimos que tras las arrugas que adornan la tez de doña Jerónima se esconde otra centenaria historia.

En la gráfica se observa a doña Jerónima acompañada por su hermano menor, su hijo menor y nietos que adoran estar con ella.
Jerónima tuvo cuatro hijos: Thomas, Julián, Antonio y Luciano, este último es el mayor, con 85 años.
Su juventud
Desde joven comía machuca, cazabe y pescado. Hoy toma té de limón por la mañana, almuerza alimentos sin grasas y por la noche bebe café.
Siempre ha comido sencillo, nada de aceites ni condimentos. Se duerme a las cinco de la tarde y se levanta a las cuatro de la mañana.
Quise saber más de ella, le pregunté a la dama de cabello blanco, delgada figura y sonrisa permanente que fue lo que nunca hizo en los preciados años de su juventud.
Con plena seguridad y sutil astucia dijo: 'Nunca bailé, nunca me desvelé, nunca visité los hospitales y siempre me curé con medicinas naturales; nunca me gustaron las fiestas y de joven cultivaba yuca y arroz'.

Doña Jerónima con su hijo menor, Santiago, de camisa rosada, 76 años, y su hermano Bernardo, 94
El 1 de enero de todos los años, sus nietos se sientan con ella para que les cuente su vida y todo lo que le ha pasado.
En 1972 perdió la vista. El doctor dijo que no podía recuperarla por su avanzada edad.
Con frecuencia expresa que está cansada y cuando un familiar muere, dice: 'Dios, por qué no me toca a mí'.
En el mundo
La persona viva más longeva del mundo, la anciana Du Pinhua, cumplió 120 años en su pueblo natal de Leshan, provincia suroccidental china de Sichuan.
La anciana recibió la certificación del libro Guinness de los Récords hace cuatro años, al cumplir 116 años.

Ésta es la humilde casa donde reside la princesa de las ancianas. Se ubica en el barrio El Centro de Triunfo de la Cruz.