En Támara, Francisco Morazán, donde está ubicada la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto y, por ende, el módulo de mujeres, las temperaturas rozan los 15 grados durante las madrugadas. Las tardes son también frías con el golpe del viento sobre la región, pero el frío no es el peor enemigo, sino el peligro interno de compartir prisión en hacinamiento con criminales de toda índole.