La investigación del Ministerio Público indica que dos equipos de policías asignados a la extinta Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas (FNAMP) llegaron el 31 de mayo a la colonia Nueva Esperanza de San Pedro Sula e ingresaron a la vivienda donde él residía.
Al sentirse acorralado, Wilson corrió para escapar, por lo que fue perseguido y blanco de los disparos de los agentes. Uno de los proyectiles impactó en la espalda del joven de 20 años, provocando que cayera herido sobre una acera.
Una vez alcanzándolo, procedieron a subirlo al vehículo en el que se conducían y “ahí lo sometieron y lo torturaron, cuando lo trasladaban al Hospital Mario Catarino Rivas, donde murió”.