¡Insólito! Hombre mordido por tiburón aún no es operado; ¿por qué?

La escasez de materiales esenciales en el Hospital Escuela de Tegucigalpa sigue impactando a los pacientes más vulnerables, retrasando procedimientos quirúrgicos urgentes

Esta problemática, que ha sido denunciada repetidamente, pone en riesgo la vida y recuperación de cientos de hondureños que dependen del principal centro hospitalario público del país.

Uno de los casos más críticos es el de Roberto Carlos Mejía, un joven de 38 años que fue atacado por un tiburón el pasado 14 de octubre en Tela, Atlántida, mientras disfrutaba del mar. La agresión dejó una herida grave en su pierna derecha, requiriendo una intervención inmediata para evitar la pérdida de la extremidad.

Tras ser trasladado al Hospital Escuela, se le practicó un injerto de piel para cubrir la lesión, pero más de un mes después, la operación sigue incompleta debido a la falta de insumos médicos necesarios para finalizar el procedimiento.

Lizeth Arita, prima de Roberto, compartió su angustia en una entrevista para el noticiero Hoy Mismo de TSI, donde denunció la gravedad de la situación.

“Estamos muy preocupados, porque mi primo tiene más de un mes y medio en el hospital y no se le puede hacer el injerto completo, porque no hay los materiales necesarios”, expresó Arita, visiblemente afectada.

Además, alertó sobre el riesgo de infecciones por la exposición prolongada de la herida. “Le hemos hecho un llamado a las autoridades, a la ministra de Salud, a la presidenta, para que nos ayuden con este problema. Él está destapado, con su herida expuesta. Nos preocupa mucho que pueda contraer una infección”, dijo.

Según Arita, el injerto aplicado hace tres semanas solo se ha adherido en un 30%. Para mitigar el impacto del calor y evitar mayores complicaciones, la familia tuvo que comprar un ventilador, dado que el hospital carece de los recursos para garantizar el cuidado adecuado.

La situación de Roberto no es un caso aislado. La falta de materiales básicos, como algodón y equipo quirúrgico, ha llevado a las autoridades del hospital a recurrir al “préstamo” de insumos desde otros centros de salud para realizar cirugías programadas.

“La cirugía no ha salido como esperábamos, y nos preocupa que se le infecte la herida, porque ya mucha gente está entrando al hospital a verlo y eso aumenta el riesgo de que pueda contraer una bacteria”, agregó Arita.

A pesar de las adversidades, los médicos que atienden a Roberto han demostrado un compromiso encomiable, según sus familiares. Sin embargo, la falta de insumos obstaculiza sus esfuerzos y prolonga la incertidumbre de los pacientes.

“Estamos agradecidos con los médicos, pero la falta de insumos es algo que nos está afectando muchísimo. Cada día que pasa, nos sentimos más preocupados por su salud”, concluyó Arita.

Esta precariedad afecta a decenas de pacientes en espera de tratamientos.