Esta condición de disgeusia puede ser atribuida a cambios fisiológicos del organismo, enfermedades o infecciones orales, problemas dentales, uso de ciertos medicamentos, deficiencias nutricionales, exposición a sustancias químicas, y condiciones médicas como diabetes, enfermedades renales, tratamientos contra el cáncer, cirugías en el oído, nariz o garganta, lesiones en la cabeza o trastornos neurológicos.