“Una vez que te alejas, finalmente puedes ver la imagen completa. Es confuso porque, literalmente, las imágenes en mi pared son todas imágenes cristianas de Jesús y de las Escrituras y otras cosas. Ahora pienso: ‘Este era mi mundo, pero ahora no lo es. Ahora, ¿qué hago? ?’ No tengo ni idea.” Aún así, tiene esperanzas. “Me he permitido amarme a mí mismo por todo lo que soy, no estar condicionado a avergonzarme a mí mismo, y no avergonzarme de lo que soy se siente maravilloso”, dice, “porque nunca pensé que estaba bien, me amo.”