“Todo es un proceso, yo sentía que yo tenía unos senos tan bonitos, proporcionados a mi estatura, todavía pensaba que estaba jovencita, tenía 33 años, estaba coqueta, a punto de casarme, quería tener hijos, quería amamantar... De repente me encuentro con un seno menos, te ponen un expansor, y de crear un espacio en todo eso que te sacaron entre la masa y el músculo, y me quedó más arribita”.