“Hubo más pánico, no podía hablar, no podía moverme, tratando de entender qué estaba pasando. Mientras eso sucedía, recuerdo que pensé: “Podría estar muriéndome aquí”. Es un pensamiento surrealista haber estado pensando eso y no poder moverme o responder, y se podía ver el pánico. Podía sentirlos poniendo el goteo en mi brazo. Una vez que recuperé el conocimiento fue un alivio. Estoy vivo y afortunadamente sucedió donde sucedió”, describe el futbolista.