La presentadora no entiende cómo hablan así de ella sin conocerla: “Muchas veces he pensado, y sigo haciéndolo, que pertenezco a un mundo de personas a las que el destino ha reservado la suerte de ser personajes públicos, y que tengo que tener en cuenta alguna inevitable invasión en mi vida privada, pero no es la primera vez que me veo obligada a defenderme de algún sinvergüenza que, para estimular la imaginación de los lectores más sensibles al tema, no deja de inventar historias picantes sobre mí, sin importarle lo más mínimo el sufrimiento que me causan como MADRE, antes que como MUJER y como PERSONA”.