La creación de un objeto va mucho más allá de sólo conjuntar técnica y materiales. La forma que adquiere implica conceptualizar el por qué de su naturaleza, un profundo sentido que muchas veces pasa inadvertido.
Para este 2019, las tendencias en mobiliario, iluminación y el color estarán definidas por tres principales acepciones: mirar hacia el pasado para retomar los cánones que marcaron pauta durante los años 20, por ejemplo; volver al origen de lo natural y resignificar la conexión e interacción entre las personas.
De esta forma, el uso de maderas, materiales metálicos y la búsqueda por el confort y la calidez serán algunas de las constantes que protagonicen el interiorismo en el año que comienza.
De manera fortuita, o no, la conceptualización en estas tres esferas ha coincidido y aunque existe una clara relación entre una y otra, no deja de ser notorio el deseo que se plantea dentro del diseño: desafanarse, hasta cierto punto, de la tecnología para resignificar una nueva forma de vida.
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