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Williams: 'Esperan de mí una actitud de chiflado”

  • 18 noviembre 2011 /

Robin Williams le presta la voz a Ramón y a Lovelace en “Happy feet two”.

    Robin Williams quiere que todo el mundo sepa que es feliz. El actor, quien se sometió a una operación de reemplazo de una válvula aórtica en 2009, está lejos de jubilarse, pero reconoce que está tomándose las cosas con más calma, aun cuando hace la voz de dos personajes en la cinta animada “Happy feet two”.

    “Creo que la gente siempre espera de mí una actitud de tonto o de chiflado”, dijo Williams, quien recientemente regresó de su luna de miel en Francia con su flamante esposa, la diseñadora gráfica Susan Schneider. “Hacer eso requiere mucha energía. Si uno lo hace todo el tiempo, se quema”.

    El cómico repite sus roles del caballeresco pingüino Ramón y el rimbombante pingüino Lovelace en la continuación del filme de 2006 ganador del óscar sobre pingüinos que cantan y bailan.

    ¿Qué tipo de presión, si la hubo, sentiste trabajando en la segunda parte de “Happy Feet”?

    Bueno, uno debe hacerlo mejor que la primera vez para que valga la pena, no sólo por el bien de la franquicia. El director George Miller la pegó en grande. Le pregunté qué pensó después que la vio, y me dijo, ‘pues, no sé, pero creo que es mejor’. Le dije, ‘Yo también’. Él usó la tecnología, las interpretaciones, todo, y lo llevó a un nuevo nivel.

    Eres conocido por tu capacidad de improvisación, que imagino prevaleció en esta cinta porque los actores grabaron juntos sus voces. ¿Cuál fue tu improvisación más memorable en este proyecto?

    Hubo un momento en el papel de Lovelace en el que empecé a hablar en distintas lenguas. Me volví tan loco que casi me desmayo. George dijo: ‘Eso está buenísimo. ¡Sigue!’ Le dije que si continuaba me caería al suelo. Empecé a cantar una especie de himno bautista. “Hmmmmhmm”. De hecho creo que eso fue lo que llevó a la canción de gospel que está en la cinta.

    Suena como que tuviste una experiencia religiosa en la cabina.

    (Con acento australiano) ‘¡Tuvo una epifanía ahí mismo en Australia!’ ‘¿Epifanía? ¿No es esa una cantante?’ ‘No, esa es Tiffany’. Uno se acerca a eso. Existen momentos así en los que estás en la cabina de sonido trabajando juntos y divirtiéndote de verdad. Estar en el mismo cuarto con gente y crear algo juntos es algo bueno.

    Puedes hacer cualquier acento. ¿Cuál te ha dado más problema?

    (Con acento irlandés) Me resulta difícil el acento irlandés, incluso ahora se torna lentamente a escocés. Sólo hay que recordar que todo se dice cantado: ‘¿En qué andas? (Improperio)’. Soy gran admirador de U2 y Bono. Es vocal. Es cantado.

    De hecho esta es la vez que mejor lo he hecho. ¡Gracias a Dios que estás grabando!

    ¿Cómo es tu vida ahora que tus hijos son adultos?

    Tranquila. Acabo de ver a mi hija, Zelda, la otra noche. Mi hijo mayor está casado, y el más joven acaba de irse a la universidad. Es como si se salieron de la gravedad de la tierra y los estoy viendo. ‘¡Ahí vaaaaa’. Estoy tan orgulloso. No tengo un título universitario, y mi padre tampoco lo tuvo, así que cuando mi hijo Zachary se graduó de la universidad dije, ‘¡Mi muchacho está aprendiendo!’.


    Pareces haberlo logrado todo. ¿Qué quieres hacer ahora?

    Tras haberme casado y habiendo apenas regresado de la luna de miel, tengo que revisar qué quiero hacer el otro año. Quiero hacer una película, pero tiene que ser la correcta, sea independiente o de un estudio. Ahora estoy mucho más abierto a hacer un papel de reparto. A los 60 años, puedo ser el actor secundario. Está bien conmigo. Estaré feliz de hacerlo.