Si alguien sabe qué es un buen diseño, ése es el gran Valentino. Único, genial y clásico en sus colecciones. Una vez más presentó su propuesta 2007 donde mezcló sobriedad, delicadeza y color, apegado a su filosofía, el vestir bien, bien, bien elegante.
La pasarela cobró vida, con el arco iris de tonalidades que pintaron de frescura la próxima primavera y verano.
Utilizando el apasionante rojo, el rosa marfil, un gris platinado, el blanco inmaculado, o el amarillo limón, el gran maestro Valentino demostró su versatilidad en la utilización de matices.
También recurrió a los llamativos estampados y las volátiles texturas del shifón, crepés, sedas y brocados en profundo relieve.
La firma sigue firme a sus ideales de vestir con distinción y clasicismo, haciendo de la sobriedad su mejor arma para seducir una buena silueta femenina.
Por eso destacan torres al sesgo, lisas u opulentas con pequeños vuelos y aplicaciones en combinación con los escotes “palabra de honor” que hacen derroche de la femineidad conque se lucen.
Los pantalones cortes a la altura del muslo son propuesta juvenil.
Valentino combina todo a la perfección. Bolsos y zapatos en cuero de un mismo tono, decoraciones en vestidos que hacen lucir imponente y lujosa y por supuesto, aquellos cuellos de vuelos tupidos que dan ese aire imperial de épocas pasadas.
El famoso diseñador también pensó su colección en las mujeres discretas pero con ese coqueteo cosmopolita.
Algunas creaciones llevan un discreto lazo a la altura de la cintura, que enmarca sutilmente el busto pero con disimulo.
Otra prenda que ha rescatado con glamour son los pantalones cortos de altura al muslo, en telas finas y ricas de apariencia. La combina con blusas opulentas para un contraste perfecto.
La pasarela de Valentino es una de las más esperadas en París, por la calidad de diseño, la pureza de tejidos y la versatilidad conque la mujer de hoy puede lucirlos en cualquier ocasión.
Los drapeados y vuelos al sesgo destacan en la muestra de moda.