Mientras Salma Hayek y Jennifer López prefieren un perfil más bajo, dedicándole su tiempo a la crianza de los hijos, Penélope Cruz va ganando terreno, convirtiéndose en la superestrella latina de Hollywood.
Con tres nominaciones al Oscar y una estatuilla en casa (dos en verdad, si sumamos la de su esposo Javier Bardem) Penélope se ha convertido en un nombre casi obligatorio para las nuevas superproducciones. A la hora de agregar más “glamour”, la convocaron para la segunda película de “Sex and the city”. Y sin Keira Knightley ni Orlando Bloom en el camino, la próxima peli de Johnny Depp sobre “Los piratas del Caribe” contará con buen acento español, gracias a Penélope Cruz.
¿Al trabajar con Johnny Depp en la película de “Piratas del Caribe” vas a volver a trabajar con el mismo director, Rob Marshall, que te ayudó a conseguir una tercera nominación al Oscar con la película “Nine”?
Sí, y me apetece mucho volver a trabajar con él porque nos hemos entendido muy bien en el rodaje de “Nine”. También nos gustaría hacer otro musical juntos en algún momento.
Pero la película “Nine” no tuvo el éxito esperado, a pesar de tu nominación al Oscar. ¿Qué crees que pudo haber pasado?
A mí me encantó la película y me siento muy afortunada de haber podido ser parte de aquel rodaje. Trabajar con ese grupo maravilloso de actrices y con Daniel Day Lewis, que es uno de mis actores favoritos del cine. No podía pensar en la nominación sin pensar en cada uno de ellos porque fue un trabajo de equipo, de grupo. Todo el mundo había dejado el ego en su casa, sabiendo que a cada uno le iba a llegar el momento de terror, de tener que enfrentarse a algo tan nuevo como la canción o el baile. Algunos ya habían cantado antes, pero para muchos de nosotros era la primera vez y todos tuvimos miedo. Y la verdad, fue una experiencia muy feliz. Un trabajo muy duro, pero muy satisfactorio, que me ha dado muchas alegrías.
¿El Oscar y nada menos que tres nominaciones consolidan tu trabajo en Hollywood?
¡Hombre! Cada vez que ocurre algo así es un paso más en esa dirección, pero en el momento que vuelves a un rodaje, otra vez te enfrentas a un nuevo personaje, a un nuevo trabajo y las cosas cambian. Tienes que demostrar lo mismo cada vez. En mi caso, sí, lo que me exijo, es que me siga importando tanto como me ha importado siempre, incluso el miedo sano que acompaña a un actor, siempre tiene que estar ahí, esa inseguridad que yo creo que nos acompaña a todos, tiene que estar.
¿De verdad te sientes insegura?
Yo creo que ni un Oscar, ni dos, ni cuatro, lo borran, creo que es imposible. Eso va tan de la mano con la profesión de un actor... Y eso es lo único que importa: seguir encontrando material donde no pueda dejar de pensar en la historia, en un rol que me haga sentir la necesidad de pasar varios meses caminando de la mano del mismo personaje. Y cuando lo encuentro, a mí me da mucha felicidad. Por eso decidí trabajar menos e intentar escoger mejor dónde poner toda mi energía. Por ejemplo, el año pasado terminé en febrero de rodar “Nine” y no he vuelto a rodar nada, hasta ahora.
¿Te volviste más exigente?
No. Cuando hacía cuatro películas al año me quedaba sin el tiempo de preparación, de búsqueda, de quién es el personaje, esta persona con la que estaba intentando entenderme. Cuando tienes ese tiempo es como vivir la mitad de la experiencia de un rodaje. La parte que a mí más felicidad me da se quedaba afuera. Eso fue un poco lo que hizo que cambiara mi sistema a la hora de elegir y a la hora de ser más valiente y decir que “no” cuando algo no me convencía del todo. Pero ahora soy consciente de que soy una privilegiada por poder elegir. Es algo que nunca paso por alto ni dejo de valorar. Quiero seguir creciendo y aprendiendo.
¿Cómo logras que no se te suba el éxito a la cabeza?
Creo que es más sano no enterarse de todo, no disfrutarlo todo. Hay una parte de ti que te dice: “De verdad está pasando esto?” Seguramente es mejor así. Te da un poquito de distancia, y es muy importante cuando cosas relacionadas con la profesión, cosas tan buenas, tan especiales te ocurren, recordando a todas las personas que han estado siempre apoyándome, confiando en mí. Eso es lo más importante. Yo pienso que rodearte de gente con los pies sobre la tierra, gente honesta que siempre te va a decir la verdad, es lo más importante para no salir volando. Y es algo que no me interesa para nada. (La arrogancia) es el fin para cualquier artista y cualquier persona.
¿Es verdad que en realidad no te gusta vivir para nada en Hollywood?
A mí me gusta mucho Nueva York porque viví dos años cuando era muy jovencita, me encanta esa ciudad. A Hollywood vengo de vez en cuando por trabajar en Los ángeles, desde hace ya tantos años. Me gusta mucho la ciudad, pero no me gusta para vivir el año entero. En Nueva York... es mucho más fácil fijar la atención en otros temas. Como yo digo siempre, me siento como un estudiante más, ¿no? Es una ciudad en la que a mí siempre me dan ganas de meterme en cursos de lo que sea. Eso no pasa tanto en Hollywood porque es más un negocio y hay demasiada obsesión con la industria. Es lógico, es la ciudad que mueve esta industria, donde están todos los estudios o la mayoría. Es normal, pero creo que para un actor es mejor no estar todo el tiempo aquí. Es una opinión muy personal. Esta ciudad se ha portado muy bien conmigo y me encanta y tiene muchas cosas buenas, pero si tuviera que elegir, elegiría Nueva York.
¿Y qué consejo le darías a quienes sueñan con ocupar tu lugar en Hollywood?
Es difícil dar consejos. A mí no me gusta. Prefiero no entrar en eso.
¿Y así como se te abrieron las puertas, crees que tu éxito abrirá más puertas a otras actrices hispanas?
Conteste lo que conteste, es muy fácil dar lugar a una mala interpretación y me da miedo. Creo que he tenido mucha suerte, porque yo he sido una de las primeras personas a las que se les ha dado la oportunidad de trabajar aquí con continuidad. No te puedo decir que eso sea cien por cien mérito mío. Yo he tenido la oportunidad de trabajar en Europa con Pedro Almodóvar, que ya tenía las puertas abiertas. Mi trabajo aquí se empezó a ver por mi trabajo con otros directores en Europa. Son cosas que van sumando. Eso es lo que ha hecho que yo lleve varios años con la posibilidad de trabajar aquí y seguir trabajando en mi país y en el resto de Europa. Haber tenido que dejar aquello para mí hubiese sido imposible. Yo todavía necesito seguir trabajando en mi propio idioma. Pero creo que tengo mucha suerte de poder compaginarlo con los trabajos que hago aquí. El hecho que se haya abierto esta puerta viene de muchos años. Todo, todo cuenta, cada paso.
Cuando el año pasado había dado otro paso en la alfombra roja del Teatro Kodak, Penélope Cruz no había querido ilusionarse. Ya la habían nominado antes al Oscar con la película “Volver” de Almodóvar y Marion Cotillard le había robado de las manos aquel sueño que parecía imposible. Cuando le tocó “volver” con la segunda nominación, gracias a la película de Woody Allen y la excelente actuación en “Vicky Cristina Barcelona”, Penélope se convirtió en la primera actriz española que recibió un premio Oscar. Un año después, todavía quedan en la memoria sus lágrimas y la pregunta “¿Alguien alguna vez se desmayó aquí?”. Con una tercera nominación por la película “Nine”, este año fue diferente. Por un lado, ya se había “vengado” de Marion Cotillard, porque habiendo trabajado en el mismo musical de “Nine”, Penélope resultó ser la única nominada del elenco superestelar y además las estadísticas habían favorecido a la ganadora Mo’nique con la película “Precious”. Pero una tercera nominación al Oscar no le quita ningún mérito a la gloria. Todo lo contrario.
¿Qué tan diferente te resultó ir a la última ceremonia del Oscar como “ganadora” en vez de simple nominada?
Fue genial por las cosas que no recordaba. Realmente, cada momento es tan intenso que me gustaría recordarlo todo, para siempre. Al final, lo que recuerdo es sólo una sensación, pero si me preguntas qué pasó la noche que gané, no tengo ni idea.
¿Cómo fue que te enteraste de la tercera nominación?
Yo estaba tan convencida de que no iba a salir… se siente raro levantarse para ver si exhiben tu nombre, ¿no? Me enteré una hora más tarde, me hizo muchísima gracia.
Estás a punto de llorar. ¿Te emocionas con sólo recordarlo?
Es algo que no te deja de sorprender o de emocionar y de ilusionarte. El hecho de que sea la tercera vez… al revés, más todavía lo valoro y más todavía me emociona e ilusiona por la generosidad que ha tenido la Academia conmigo.
¿Recibiste alguna felicitación de los reyes de España?
Sí, muchas. Sobre todo en la noticia de la nominación, esos dos o tres primeros días siempre se viven con mucha ilusión.
Antonio Banderas me comentó que le hubiese encantado verte con una parejita de Oscar. ¿Crees que alguna vez le llegará el turno a él de ganarlo?
¡Pues claro que se lo merece! Y estoy segura de que le va a ocurrir. Es un actor maravilloso. Es una persona muy generosa, se ha portado muy bien conmigo. Yo siempre le deseo lo mejor. Es un tío encantador, generoso, humilde, listo como él solo. Tiene algo muy especial, y es muy bueno, es muy buen actor. Y le van a pasar muchísimas cosas buenas que se merece.