Da igual qué película fuera la gran ganadora de la noche; lo único de lo que está hablando todo el mundo es de la bofetada que Will Smith le propinó a Chris Rock después de que hiciera una broma acerca de la alopecia que padece su esposa Jada, asegurándole que se moría de ganas de verla protagonizando la secuela de ‘G.I. Jane’, la película de 1997 para la que Demi Moore se rapó la cabeza.
Ese momento ha eclipsado el resto de anécdotas de la noche, como por ejemplo el hecho de que el matrimonio no fue ni de lejos el único que tuvo que soportar comentarios jocosos a su costa durante la gala de los Óscar.
De hecho, justo antes de que Chris mencionara a Jada, él se había dirigido a Penélope Cruz y Javier Bardem -que estaban nominados en las categoría de Mejor Actriz y Mejor Actor- para asegurar que la española no permitiría que su esposo se llevara una estatuilla y ella no.
“¿Saben quién tiene el trabajo más duro esta noche? Javier Bardem y su esposa están nominados. Si ella pierde, no hay forma de que él pueda ganar. Javier está rezando para que le gane Will Smith. ¡Por favor, dios mío!”, aseguró Chris desde el escenario mientras las cámaras enfocaban a los aludidos.
Tanto Javier como Penélope supieron encajar la broma con deportividad y se rieron de buena gana, aunque más él que ella.