26/04/2024
12:43 PM

Pastora Pagán, 55 años después de la hazaña

Hace más de medio siglo se convirtió en la heroína de la belleza hondureña y hasta el día de hoy continúa invicta porque Pastora Pagán Valenzuela es la primera.

Hace más de medio siglo se convirtió en la heroína de la belleza hondureña y hasta el día de hoy continúa invicta porque Pastora Pagán Valenzuela es la primera y única hondureña a la fecha en haber clasificado entre las quince finalistas del certamen Miss Universo 1955 celebrado en Long Beach, California.

Fueron ocho años de esperar a que la dama que hoy tiene 73 años de edad aceptara de una vez por todas nuestra petición a una entrevista y la infaltable sesión de fotos para perpetuar en espectaculares fotografías a uno de los quince rostros más bellos de aquel tiempo.

Vivir en Rosa tuvo ese privilegio luego en que en reiteradas ocasiones, Pastora Pagán nos denegara el deseo de saber la historia y todos los detalles que la han hecho quedar grabada en la historia del país.

Es así como se comprueba que el tiempo de Dios es perfecto, y justo en 2010, la Miss Honduras Universo 1955 cumple sus bodas de esmeralda de la hazaña más emblemática que ha podido alcanzar una catracha en el concurso de belleza más importante del planeta.

Para la memorable producción a donde Pastora estaba muy nerviosa, se escogió lo mejor. El vestuario de lujo de la prestigiosa boutique Rouge, las exóticas joyas del orfebre Rodolfo Lugo y su hermana Miriam Pagán de Millares se encargó de embellecerla aún más con un sutil estilismo.

Por si fuera poco, el talentoso Erick Andrade de Hollywood Bodas se ofreció para captar a la mujer que continúa manteniendo ese porte y elegancia que la impuso entre más de 50 mujeres de hace 55 años atrás en diferentes ambientes de la residencia Díaz Marinakys.

Mientras se realizaba la sesión de fotos, la protagonista de esta historia única estaba entusiasmada y a la vez respiraba intensamente, porque hacía muchos años que se había retirado de esa vida mediática en la que siempre era retratada como la incomparable Pastora.

Su historia

Justo cuando cumplía los 17 años es invitada a representar al almacén Jorge J. Larach, porque en ese tiempo las participantes del certamen nacional no eran identificadas con el lugar de procedencia o nacimiento.

Ella fue escogida por un jurado, pero también por la simpatía del pueblo que votó por ella a través de cupones que aparecieron en los diarios del país.

“Primero en los periódicos salía un voto para elegir a la señorita de su agrado, uno llenaba el voto y lo mandaba al mismo periódico o a algunos negocios que estaban participando en la escogencia de una candidata como representante de San Pedro Sula en el concurso”, recuerda Pastora.

Gracias al prestigio de la elección, la credibilidad de los organizadores y la aceptación del evento entre los hondureños participaron muchas señoritas preparadas de la alta sociedad sampedrana y aprovecharon a las casa comerciales para que cada joven representara una empresa o negocio.

“Yo representaba a Jorge J. Larach y los productos que distribuían. De esta forma salimos como doce sampedranas y nos trasladamos a Tegucigalpa para presentarnos en el Country Club ante la sociedad capitalina. Asimismo, fuimos escogidas ocho representantes fuertes de cada localidad y nos regresamos a seguir luchando para conseguir más votos”, afirma.

Pasó un tiempo y esas bellezas retornaron a Tegucigalpa y se enfrentaron con un jurado calificador que se encargó de elegir a la Señorita Honduras con su propio criterio, con el aplauso del público y el escrutinio de los votos.

“Fue un evento lindo porque llegaron personas de mucho reconocimiento social y sin la elección de primera y segunda princesa. De un solo se escogía a la reina con el recuento de votos y salí en primer lugar y confirmada como Señorita Honduras por los jurados”, confirma.

Preparada

Pastora jamás soñó con ser reina de belleza, “porque no se pensaba en concursos en esos tiempos y nuestros padres nos preparaban con una buena educación y no para ser una miss”.

Sin embargo, sus progenitores sí la apoyaron y mucha gente influyente de la época. La ex reina estuvo acompañada por la sociedad sampedrana y por Blanca Mena de Fúnez, quien la acompañó al Miss Universo y vivió en vivo la emoción de Pastora al ser llamada al cuadro de las más bellas.

Pagán tenía mucha confianza en ella misma, “ya que miraba a mis compañeras y no había mucha diferencia más que el idioma o diferentes culturas, pues las europeas tienen distinta cultura y su educación era superior a la nuestra en aquella época”, comenta.

Tras ser llamada entre las quince semifinalistas, suspiró y sintió una gran emoción, “puesto que no pensaba tanto en mí, sino que en mi país. La alegría me llenó por un buen rato porque tantos corazones que confiaron en mí y al menos no cambio mi manera de ser y fui y seguiré siendo una persona accesible, cariñosa y con gran facilidad de sonreír”.

Ahora, la anécdota que más recuerda del certamen es no haber manejado un segundo idioma “con el que me hubiera podido dirigir a mis compañeras y al auditorio que presenciaba la elección. Entonces me escribí en la mano un pequeño saludo en inglés dirigido al público que estaba en el teatro. Lo hice sanamente y sin imaginarme que iba a ser la nota más agradable del evento. Me afligí porque creía que me podían descalificar y entonces el maestro de ceremonia me dijo: “Léalo, léalo, no hay problema” y cuando desfilaba por la pasarela me decían Miss Honduras, enseña tu mano”.

Son curiosidades que están latentes en la mente de Pastora, quien además recuerda que Aurora de Paz le confeccionó los vestidos para gala y que el vestido del viaje se lo diseñó “doña Noi, una señora extrajera que cosía bellísimo”. Su traje típico fue obra de “doña Judith, la dueña del famoso Magazin de Moda de aquella época”, recalca.

Cuando retornó a SPS fue recibida con mucha alegría y entusiasmo, ya que nunca se imaginaban que una hondureña clasificaría como la sexta semifinalista del Miss Universo. La noticia de que Pastora Pagán había logrado este reconocimiento internacional se supo días más tarde en Honduras, “porque la comunicación no era tan buena y se transmitió en los cortos de los cines no como en estos tiempos que la final se transmite en vivo y a todo color”.

Después del triunfo, Pagán continuó representando a Honduras internacionalmente. Viajó a Londres para Miss Mundo y fueron invitadas las quince semifinalistas del Miss Universo.

“Lástima que no todas fueron y no era un concurso de renombre, pues fue la primera vez que se realizaba. Después viajó al Miss Centroamérica y el Caribe celebrado en Colombia y así seguí viajando a otros países a representar a mi tierra como Miss Honduras”, detalla.