Con sombrero y larga barba blanca, Nick Nolte llega al segundo piso del Hotel Four Season a paso lento, mirando hacia abajo, como si por arte de magia pudiera desaparecer entre la gente. Imposible, con un rostro tan conocido, si le prestara atención a la gente no podría dar un solo paso sin tener que parar para firmar autógrafos. Y a la hora de entrevistarlo también se toma tiempo, pero mostrando sus ojos azules habla con la frente bien alta, dispuesto a debatir (o cambiar de tema) con cada respuesta, mostrando el perfil de uno de los actores más famosos y extraños de Hollywood.
- ¿Piensa que Hollywood hoy es más fácil o más difícil para la generación de actores jóvenes?
- No sé si es más difícil o más fácil. Lo importante es saber si la nueva generación realmente aprovecha las herramientas que tienen al alcance. Y puedo decir que sí. Utilizan todo. Es una lástima que nosotros no hayamos tenido Internet en los años 60. Hay quienes dicen que los juegos de Internet están tirando abajo a nuestros hijos. Pero en la Universidad de Harvard hicieron un experimento. Pusieron un ratón en una jaula donde le dieron todo lo que quería. Y le midieron el crecimiento del cerebro, para compararlo con otro ratón al que no le dieron nada y solo tenía que correr en un círculo. En una tercera jaula, pusieron un ratón que sacaban dos veces por semana para unas pruebas de estrés donde le hacían pensar que podía llegar a morir. Al final del experimento, el cerebro que más había crecido era el del ratón que había pasado por más peligros. Por eso, si la vida es difícil es porque tiene que serlo.
Nick Nolte nació el 8 de Febrero de 1941 en Omaha, Nebraska, exactamente dos meses después que Estados Unidos le declaró la guerra a Japón. Y en una época de tantos cambios políticos en el mundo, Nick Nolte solo buscaba apartarse de los ideales convencionales, dedicándose al fútbol americano o la actuación. Así fue como tomó clases de drama en la Academia Stella Adler y entró al Teatro Pasadena Playhouse. Pero fue gracias a la televisión que consiguió el reconocimiento internacional, cuando protagonizó la serie de televisión Rich Man, Poor Man. En cine, su primera película fue The Deep con Jacqueline Bisset. Y de a poco fue demostrando su habilidad para todo tipo de roles, como el veterano de Vietnam de Who’ll Stop the Rain, la desilusionada estrella de fútbol americano de North Dallas Fort o el escritor de Heart Beat. Pero claro que la gente lo recuerda más por el duro policía de 48 Horas, el desafiante padre de Cape Fea ro las tres nominaciones al óscar por Prince of Tides, Affliction y la más reciente Warrior.
- ¿Entre tantas nominaciones al óscar y ninguna estatuilla en las manos, hasta qué punto realmente le interesa ganarlo?
Nunca me gustó el Oscar. Es demasiado para mí (Ríe). Siempre sentí que me usaban como un globo para promocionarlos. Una vez me pidieron que fuera a presentar un premio. Y les dije que me encantaría hacerlo si me daban apenas un 0.25% de las ganancias (Risas). “No, Señor Nolte, todos lo hacen gratis”, me dijeron. Y yo contesté: “Sí, lo sé. Y es el show más grande en la televisión, sé que pueden compartir un 0.25% de las ganancias”.
- ¿Cuáles eran sus sueños al principio de su carrera?
Lo único que yo quería era actuar. Y pude hacer teatro durante 14 años. Desarrollamos todo un repertorio para crear una gira por el Sudoeste de Estados Unidos. Recién después me fui a Nueva York, para un comercial del anticongelante Prestone, cuando ya estaba casado con la mujer más hermosa de Phoenix.
- ¿Se refiere a su primera esposa, Sheila Page?
Sí. Estábamos haciendo la obra de teatro The Miracle Worker y toda la compañía solía ir al restaurante donde se juntaba un montón de hombres de negocios de Phoenix, solo para poder saludar a Sheila. A ella no le gustaba para nada. Un día en aquel restaurante, pasó la mano por debajo de la mesa, me tomó de la mano y me dijo: “Te llevo a casa conmigo”. Yo dije: “OK” y nunca más me fui (Risas). Ella también pasó por otro tipo de situaciones... salíamos al desierto a tomar LSD.
- ¿Drogas?
Muchas de las visiones de la forma en que veíamos las cosas, en nuestra época, cambiaron con estos viajes psicodélicos. Tampoco era nada nuevo. Lo que me asombra es el ataque de una planta que en realidad tiene una relación simbiótica con el ser humano, es como si las plantas hicieran un pacto con nosotros: “Si me cuidas, yo voy a ser tu comida”. Hay una relación natural, aunque no le encontremos sentido.
Nick Nolte también es famoso por aquella vez que lo arrestaron, el 11 de Septiembre de 2002 por conducir bajo los efectos del alcohol, aunque un análisis posterior demostró que estaba bajo la influencia de la droga GHB (Gamma Hydroxybutyric Acid) más conocida como Ecstasis Líquido o la Droga de las Violaciones, aunque él mismo llegó a declarar en el documental Nick Nolte: No Exit, “La venía tomando desde hacía cuatro años y nunca nadie me violó”, agregando que “Solía poner una línea de cocaína en los guiones y mientras aspiraba leía las otras líneas”. En ese mismo camino, al hijo Brawley Nolte (que interpretó al hijo de Mel Gibson en la película Ransom) también lo detuvo la policía en el año 2009 por una infracción parecida, después de chocar en la playa de Santa Mónica.
-¿Qué tan estricto es como padre? ¿Es difícil ser padre en medio del malcriado mundo del espectáculo?
Cuando mi hijo Brawley cumplió 12 años, le dejé elegir. Le pregunté si quería una casa abierta o cerrada. Cuando me preguntó la diferencia, le dije que en una casa abierta permitimos que entre gente, pero con reglas, con una hora para ir a la cama durante la semana y un número determinado de personas en la casa. En una casa abierta podía dejar que otros amigos vivieran con él y en una casa cerrada, nada de eso, tenía que ir a la escuela, ir a jugar, pero todos tenían que volverse a las seis. Por supuesto, él eligió la casa abierta (Risas) y terminé siendo el padrino de sus dos amigos, porque el padre se divorció y se fue a Nueva York.
Con la dirección de Robert Redford y un elenco de superestrellas, la película The Company You Keep sigue la investigación de un joven periodista (Shia LaBeouf) sobre un grupo de activistas políticos que en las viejas épocas estaban en contra de la Guerra de Vietnam y el FBI todavía los busca por haber robado un banco en los años ‘70. Y mientras ya atraparon a uno de ellos (Susan Sarandon), el periodista sigue las huellas del fugitivo más importante (Robert Redford) encontrando en el camino al mejor amigo (Nick Nolte), con una historia donde el más inocente tiene que demostrar que no es culpable aunque las pruebas digan lo contrario.
- La película The Company You Keep cuenta un lado de la historia de Estados Unidos que muy poca gente conoce ¿Qué pensó usted cuando leyó el guion?
Fue emocionante contar la historia. Debería haber una ley que te prohíba tener cualquier relación de pareja cuando amas el trabajo porque no es justo para otra persona. Y yo tengo ese amor. Siempre quise mostrar la generación de los años 60 porque tuvo una enorme influencia en los cambios de este país. Cuando yo iba a la escuela tenía que ir con el mismo uniforme que todos los demás, pero igual usaba una media roja y otra azul, solo para rebelarme, no podían castigarme por no tener las medias del mismo color.
- ¿Qué tal fue trabajar como actor bajo la dirección de otro actor, como Robert Redford?
- Al principio tuve mucha curiosidad por trabajar con Bob (Redford). A mi siempre me gustaron los actores que dirigen. En los ensayos me sorprendió la falta total de tensión, fui a Vancouver y todo era muy tranquilo. Pero un día terminamos para almorzar y cuando estaba saliendo, vi que Rob estaba filmando una escena donde pensaba que lo perseguía el FBI, pero se suponía que yo tenía que conducir el auto. Cuando pregunté qué había pasado, Rob desapareció, el productor no estaba, solo encontré tres desconocidos que me dijeron “¿Tiene algún problema Señor Nolte?”. Y después de pensarlo un segundo, me di cuenta que Robert Redford lo había hecho todo solo, para hacerlo una sola vez, sin ningún otro actor al lado que lo moleste. (Risas) A los 75 años, no quería tener que correr dos veces si algo salía mal (Le cuesta parar de reír), porque entre nosotros bromeamos, a ver cuántos ejercicios de piernas podemos hacer y cosas así.
- ¿Usted también nota el paso del tiempo?
Mira este hotel (Four Seasons Beverly Hills). Es terrible, los inodoros son tan bajos... que levantarte es una verdadera aventura. Deben haber calculado la altura del mundo entero, incluyendo todas las razas y construyeron un edificio para alguien que no mide más de un metro y medio de altura. Es difícil, especialmente para los norteamericanos que somos atletas frustrados (Ríe). Ni hablar de la bañera, debería ser más grande, es imposible entrar. ¿Piensas que un hotel de Beverly Hills quiso ahorrar en algo así? A lo mejor quieren ahorrar dos dólares de agua (Ríe).
- Hablando del paso del tiempo: ¿Qué opina de los activistas políticos que lucharon en contra de la Guerra de Vietnam, como muestra la película? ¿Eran terroristas o patriotas?
Mi padre había ido a la Segunda Guerra Mundial, porque yo nací en 1941. Vivíamos en una casa de tres pisos que parecía grande, pero no lo era tanto. Y me acuerdo todo el entusiasmo, el día que papá volvió a casa. Yo no entendía en ese entonces lo que significaba, pero igual me acuerdo el sentimiento del entusiasmo que todos teníamos y todavía tengo grabada la imagen de él en la puerta. Parecía un esqueleto. Medía más de dos metros y había perdido más de 20 kilos (44 libras) de peso. Después de haberlo visto, supe que yo no quería pasar nunca por algo así. De ahí viene mi idea en contra de la guerra. Nunca quise involucrarme en nada parecido y tampoco quería matar a nadie. Sé que no lo puedo hacer. A mí no me gusta la idea de matar a nadie, ni me gusta la idea de la guerra. ¿A quién le gusta? Nadie. Hay posibilidades de entrar en otra Guerra Mundial, pero creo que aprendimos una gran lección. Vivimos en épocas corruptas muy importantes, en medio de tanta comunicación mundial. Yo no voy a vivir demasiado, no sé lo que pueda pasar dentro de 30 años, pero sería interesante vivirlo.
- ¿En su época, alguna vez tuvo contacto con el verdadero grupo de activistas políticos extremistas que estaba en contra de la guerra de Vietnam?
La verdad, nunca los conocí, solo había escuchado de ellos. Yo siempre traté de evitar la violencia. Así me criaron. Yo podía hablar mucho, pero de ahí a hacer algo, nunca. Vivimos demasiado en nuestra época.
- ¿Y qué opina sobre los cambios políticos más contemporáneos como el matrimonio gay o la ciudadanía para los inmigrantes ilegales en Estados Unidos?
- A nadie le gusta el cambio. A nadie. Pero solo hay una realidad: los cambios siempre van a existir. Siempre habrá resistencia al cambio y siempre habrá cambios. Cuanto más pronto te des cuenta, más fácil será aceptarlo.