“¡Es como el Zara de los chinos!”. Así reaccionaba Ana cuando hace un año cuando descubrió Mulaya, una tienda de propiedad y producción china, pero con ropa al más puro estilo de las marcas de Inditex, el emporio de la moda española.
Mulaya, con más de una decena de locales en el centro de Madrid, es sólo un ejemplo de cómo el comercio del textil chino ha sabido renovarse y adaptarse a los gustos del público español.
Para ello ha tomando como modelo el tipo de tienda y de artículos de las marcas que desde hace más de una década copan el corazón de la capital.
“Se han preocupado por hacer un punto de venta bonito con escaparates atractivos”, señala Maru Silva, periodista especializada en moda.
En su blog “The hot mess corner” se intercambian direcciones y comentarios sobre este tipo de tiendas, que han abandonado la periferia para instalarse en las calles más concurridas de la capital.
El fenómeno chino
Este nuevo concepto de boutique china ya se ha extendido a otras ciudades españolas, pero es en la capital donde se ha convertido en un verdadero fenómeno que consigue captar la atención del público femenino de todas las edades.
“Las tiendas de ropa china que hay en Gerona son más de tipo bazar. Más cutres (descuidadas)”, apunta Marta a la salida de una de estas tiendas con la que acaba de toparse en el centro de Madrid.
Y es que Mulaya, atendida exclusivamente por jóvenes chinos, tiene poco que ver con los comercios tradicionales de esta comunidad que cuenta con unos 150,000 residentes en España y que hasta ahora se dedicaba ante todo a la restauración, la venta de alimentos y de ropa al por mayor.
Tampoco Okeysi, de capital chino y español, se parece a la típica tienda “de chinos”: allí uno tiene que entrar dos veces para descubrir que tras su personal español y su estilo cuidado se encuentra el “made in China”.
O más bien el “made by China” (hecho por China), ya que muchos de los productos de bajo costo que pueden encontrarse en estas franquicias se producen en fábricas que los mayoristas chinos han instalado en las afueras de la capital española, en Italia o Francia. De ahí que en algunas de las etiquetas mal cosidas a esta ropa uno pueda leer “fabricado en España”.
Para Silva, el éxito de Mulaya, Okeysi o Hemiu reside en sus precios. “Te encuentras grandes hallazgos por una fracción del precio de otras tiendas de las grandes cadenas”, comenta.
“La gente prefiere comprarse lo mismo pero más barato, sobre todo en épocas de crisis”.
Una buena copia
La calidad es otra cuestión. “Poca”, señala Silva, “y el diseño son copias de las prendas de moda de la temporada, pero hoy las chicas prefieren tener cinco pares de zapatos baratos y de poca calidad que un par de gran calidad”, añade.
No siempre. Muy cerca de una de estas tiendas, la gente hace cola en la calle para entrar a comprar en uno de los comercios de calzado con más solera de la ciudad.
“Los zapatos chinos se caen a trozos”, señala un joven estadounidense que aguarda su turno.