04/12/2025
01:47 PM

Lluvia de adoración con Jesús Adrián Romero

El show patrocinado por LA PRENSA fue un éxito, el clima no detuvo al fiel público.

Cuando los sampedranos se disponen a alabar a Dios con todo su corazón y con todas sus fuerzas, no hay obstáculo que los detenga. Eso lo demostraron en todo momento el sábado anterior durante el “Festival de paz y alabanza”, en el concierto que ofreció Jesús Adrián Romero y que le acompañó Marcela Gándara.

El clima no fue obstáculo, de igual forma los fieles asistentes que llegaron al Estadio Morazán vivieron una gran noche.

Desde antes de las cinco de la tarde, el coloso sampedrano tenía a sus alrededores un ambiente de expectación, ya las filas empezaban a formarse, todos estaban ansiosos por entrar. Aunque fue hasta después de las seis de la tarde que los organizadores abrieron los portones, el entusiasmo se podía palpar y la ansiedad por empezar a corear las canciones era admirable.

Todo un show

Fue un espectáculo de primer nivel, los protagonistas dieron cátedra de amor por lo que hacen y el cariño por los sampedranos fue demostrado una vez más.

Connie Rosales inició el show cuando pasaban de las siete. Con los temas de su álbum “Déjame cantarte” empezó a avivar los ánimos.
Luego con gran efusividad fue anunciada Marcela Gándara, desatando la locura de los espectadores. Comenzó su participación con “Algo nuevo”, siguió con “Pensaba en tí” relacionando la lluvia con la creación. “Gracias por estar con nosotros, por cantar conmigo aún bajo la lluvia”, fueron sus primeras palabras al público. La energía y dulzura de Marcela mantuvo cautivos a todos, cantó sus mejores canciones durante 45 minutos, terminando con “Girando hacia ti”. Los bombos y platillos empezaron a sonar, pues venía el plato fuerte.

Justo cuando el reloj marcaba las 8.45 pm, los sampedranos vieron entrar al más popular, a Jesús Adrián Romero quien hizo vibrar el estadio con aplausos y gritos de euforia, dando paso a un verdadero festival de canciones que fueron coreadas por dos horas, una a una.

“Escalera a las nubes” abrió la brecha de adoración dirigida por el mexicano que saludó e interactuó con su público minuto a minuto.

Hubo canciones de todos sus álbumes, recordó las canciones que por generaciones han sido de bendición para miles de personas.

Desde “Sumérgeme” hasta “Con manos vacías”, dándole paso a su amor por su esposa e hijas con “Mi vida sin ti” y “Mágicas princesas” y claro cantando las mejores de sus tres últimos discos. Fue una noche diferente, premiada con un gran repertorio de canciones que hizo de la fiesta algo totalmente inolvidable. Y cuando ya eran las diez se despidió de los sampedranos, muy agradecido y pidiendo un aplauso fuerte para el dueño de sus canciones, Jesucristo.