Asistir por primera vez a un day care es un proceso importante en la vida de cualquier pequeño no solo porque representa un cambio en su rutina diaria, sino también porque es en este punto donde aprenderá las principales reglas de la socialización.
Para que este proceso sea más sencillo se requiere esfuerzo y constancia de los padres y maestros en todo momento, pues lo principal es que además de sentirse cómodo el niño entienda que puede divertirse mucho.
Antes de comenzar
Lo primero es reiterarles a los pequeños el amor que se les tiene y no fomentarles una dependencia innecesaria que haga más difícil la adaptación.
La experta en el tema, Patricia Terrero, comenta que el proceso de llevar a un niño a la guardería sin duda es difícil, pero poco a poco ellos se van sintiendo sutilmente atraídos por las actividades, pues a todos les gusta jugar, colorear, cortar, pegar, etc.
“Igualmente los padres poco a poco se van percatando del avance de sus pequeños, que se hacen más independientes sin que eso implique que estén en riesgo o que algo les puede ocurrir”, explica.
Y es que generalmente los papás se preocupan por detalles como el espacio, la seguridad o la comodidad fuera de casa, pero cometen errores al privarlos de la convivencia con otros pequeños o les transmiten ansiedad creyendo que los niños no están cómodos.
“Todos los infantes lloran por lo menos una vez, es normal, pero en cuanto empiezan a jugar o a divertirse se sienten más cómodos”, comenta la psicóloga Gabriela Bográn.
“Por ello los papás deben prepararlos con anticipación diciéndoles, por ejemplo, que pronto van a ir a un day care para que puedan divertirse y aprender; además es recomendable que los lleven a conocer el lugar, las personas o las cosas que hay”, señala.
“A los niños les gusta descubrir cosa nuevas porque los hace sentir niños grandes; puede decirles también que los niños grandes van al day care y que él ya puede ir”, comenta Terrero.
De este modo tanto ellos como usted podrán incorporarse a nuevas rutinas teniendo siempre claro que depende de usted como padre lograr que este cambio sea apenas percibido y se convierta en una experiencia agradable para su hijo.
Los primeros días en el Day Care
Si el niño asistirá por primera vez al day care involúcrelo tanto como pueda en la elección del mismo. Puede, por ejemplo, llevarlo a conocer previamente el lugar en el que permanecerá para que conozca a otros niños y explicarle que podrá jugar y divertirse.
El proceso de adaptación del menor a esta nueva rutina puede durar de 2 a 4 semanas. En este periodo procure dejarlo media hora más tarde por la mañana y recogerlo media hora antes de la salida habitual, así él se sentirá más acompañado y no creerá que lo han dejado olvidado.
Evite transmitirle sus temores y ansiedad como padre. Es completamente normal que los niños lloren un poco los primeros días, sin embargo, si ellos perciben su ansiedad, adaptarse será mas difícil. Por eso mejor evite permanecer innecesariamente frente a la puerta del day care o en el salón de clases. Otro consejo es que al llevarlo lo haga caminar hasta la entrada, en vez de cargarlo.
Enséñeles a ir al baño
Generalmente un niño puede aprender a ir al baño a partir de los dos años, pero este es un proceso individual que depende de cada uno. No debe forzarlo ni regañarlo cuando en el camino surjan algunos accidentes, pues antes de aprender deben estar conscientes de que pueden hacer pipí y popó.
Una forma de inducirlo es mediante la imitación, usted puede llevarlo al sanitario, simular que hace pipí o popó y mostrarle la forma en la que deben asearse o quitarse la ropa aunque en un principio sea usted quien los auxilie. Cuando esté en la bacinica anímelo a orinar un poco y aplauda sus logros, por pequeños que sean. Para hacerlo más sencillo puede platicar con su hijo o hacer correr un poco el agua de la llave.
En el day care o en los centros de estimulación apoyan este proceso, pero debe ser simultáneo y continuo, tanto en la casa como en la guardería. De nada servirá que en un lugar esté aprendiendo si en otro retrocederá con la comodidad del pañal.
En caso de Berrinches
Los berrinches generalmente corresponden a un llamado de atención o una forma de hacer entender a los adultos que algo no les agrada.
En lugar de regañarlos debe aprender a trabajar con el potencial de los niños para canalizar su berrinche en algo positivo.
Si la comida es un motivo para hacer berrinches, puede simular que usted disfruta de los mismos alimentos que ellos para ayudarlos a entender que son ricos y que les hacen bien. Incentívelos mediante un premio después de cada comida, como por ejemplo colorear o jugar en lugar de un berrinche.
Compartir un objeto también es una razón por la cual los infantes hacen rabietas. Algo que aprenden en un day care es precisamente a compartir o esperar turnos. Generalmente cuando un niño le arrebata un objeto a otro se le hace entender que su acción no es correcta compensado al compañerito, así entenderá que compartir puede ser agradable y hasta divertido.