Aunque John Krasinski y Emily Blunt llevan casados desde 2010, la primera vez que el intérprete escuchó cantar a su famosa mujer fue en el set de rodaje de la película de 2014 'Into the Woods', donde no pudo evitar echarse a llorar delante de todo el equipo al quedarse impresionado ante el talento como cantante de la actriz.
'Fui a visitar el set de rodaje y estaban haciendo los ensayos generales antes de grabar las canciones de 'Into the Woods', y recuerdo que Rob Marshall (el director) se giró hacia mí y me dijo: 'Emily es genial', y respondí: 'Sí, pero nunca la he escuchado cantar''.
'Rob Marshall me lanzó la mirada de sorpresa más larga de la historia, después dio la orden de que empezara a tocar la orquesta y ella comenzó a cantar. Simplemente me puse a llorar. Soy un llorica, no hace falta mucho para que se me salten las lágrimas', confesó John al programa 'Entertainment Tonight'.
Pero lo que más consigue conmover ahora al actor, por encima incluso de la voz de su mujer, es el vínculo que comparten sus dos hijas, Violet (2 años) y Hazel (18 meses), que no paran de regalarle a sus padres momentos 'adorables'.