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Jennifer y Bradley enamoran en la pantalla

  • Actualizado: 20 enero 2013 /

Los actores hablan de su cinta “Silver Linings Playbook”.

    Considerados como los nuevos símbolos sexuales de Hollywood que incluso acaban de ser nominados al óscar, Jennifer Lawrence y Bradley Cooper cuentan con un especial magnetismo que mantienen personalmente. Los dos tienen una sonrisa bastante parecida y comparten el mismo color de ojos azules que en cierta forma encandilan con cada respuesta. Y gracias al cine y el óscar, también podemos verlos trabajando juntos, en la película Silver Linings Playbook que recibió ocho nominaciones, incluyendo las de ellos, claro.

    Empecemos con Jennifer Lawrence y el gran tema del óscar. -¿Después de haber recibido una primera nominación se siente cierta presión de buscar una película donde finalmente puedas ganarlo?

    Jennifer Lawrence: Yo realmente no siento demasiada presión porque me van a pagar igual si encuentro una película buena o una mala.

    -¿Qué tan difícil es encontrar opciones que mantengan el mismo nivel de cine?

    JL: Por suerte, no hay tantos guiones buenos en Hollywood, así que nunca fue tan difícil para mí. Cuando llega un buen guion como Silver Linings Playbook y la oportunidad de trabajar con esta gente, no es muy difícil pensar si tengo que hacerla o no. De verdad, no hay tan buenos guiones como este para elegir en cine.

    -¿Y el título de símbolo sexual de Bradley Cooper ayuda a la hora de buscar trabajo?

    Bradley Cooper: ¿Me lo preguntas en serio? (Risas) No. Yo no tomo en cuenta el título del Hombre más sensual. Fue algo interesante, pero literalmente no tiene nada que ver con lo que hago.

    -¿Tampoco genera ciertas expectativas?

    BC: No lo sé. Deberías preguntarle a la gente que me contrata (Risas).

    -¿A Jennifer no la tratan como una superestrella en los estudios de cine después del éxito Los juegos del hambre?

    JL: Cuando llegué al estudio de Silver Linings Playbook ya habían empezado el rodaje. Pero yo siempre siento la adrenalina, al principio. El primer día de trabajo se siente como el primer día de escuela, porque siempre dudo si alguien me va a querer. Pero Bradley (Cooper) es muy gracioso y nos divertimos mucho. Cada vez que decían “Acción” surgía la mejor escena, porque dábamos un 100%, todo el tiempo. Así lo sentí, cada día. Ni siquiera necesitábamos repasar el guion apenas llegábamos, porque lo hacíamos de diferentes formas. Fue lo mejor.

    -¿No se necesita un plan específico para tener éxito en Hollywood?

    BC: No. Para mí, es todo muy simple. Cuando yo soñaba con ser actor imaginaba películas como Silver Linings Playbook. Lo único que quiero hacer es trabajar con grandes directores y buenos actores. Es realmente muy simple. No tengo ningún otro plan. Pasé de una película a otra, como si tuviera el motor siempre en marcha. Y en mi caso, vengo bien porque todo fue disparándose de golpe, sin pensar ni programar nada.

    El éxito parece haberles tocado la puerta como una gran sorpresa. Desde Qué pasó ayer, Bradley encontró una ruta de éxitos continuos como Los magníficos y Sin Límites. Y Jennifer aprovechó muy bien su nominación al óscar por Invierno profundo para convertirse en la superestrella de los adolescentes con la nueva serie de películas Los juegos del hambre. A nivel personal, se llevan 15 años de diferencia: Bradley nació en Filadelfia el 5 de Enero de 1975 y Jennifer el 15 de Agosto de 1990, en Kentucky. Pero los dos empezaron la carrera de actuación en Nueva York. Bradley se había mudado a Nueva York para estudiar en el Actor Studio y Jennifer tenía 14 años cuando convenció a la madre para que pasaran el verano en Manhattan, buscando sus primeras audiciones como actriz, (se graduó de la escuela secundaria dos años antes, para poder dedicarle más tiempo a la actuación).

    - ¿Qué personaje de película dirían que se parece más a la personalidad de ustedes?

    JL: Yo nunca tuve un personaje que se parece a mí. Mi propia voz sale automáticamente, porque es algo natural que tengo en la mente, para hablar naturalmente. Ahora, mis amigos y mi familia dicen que en esta película soy tal cual como el personaje cuando sale corriendo atrás de Bradley gritándole “Ey”. Aparentemente, es un sonido muy familiar entre los que me conocen.

    BC: La meta siempre está en creer todo lo que uno dice, desde lo más profundo de nuestras emociones. A lo mejor se escucha mi voz, hablando normalmente, pero también puede ser un acento que depende del trabajo que uno hace para llegar a ese lugar. Es como un espejo, usamos pura imaginación, tratando de encontrar el personaje dentro nuestro, pensando en gente que conocemos. Siempre cambiamos, pero lo importante es creer todo lo que uno dice, sin tener la necesidad de actuar. Una buena ancla para mí, fue decirle “papá” a Robert De Niro, todo el tiempo. Y mi personaje de Pat debe decir “papá” como cien veces en esta película.

    -¿Y van al cine como cualquier persona normal sin que los moleste algún admirador, con algún flash en medio de la oscuridad?

    BC: Una de las cosas que más me gusta hacer es ir al cine y ver una película solo. Sí, mi vida es bastante normal. La única vez que se torna más interesante es en estas situaciones, con las entrevistas.

    JL: A mí me gustaría ir al cine, pero no tengo tiempo. Hay muchísimas películas buenas que me gustaría ver. Pero en general, siento que ya no voy tanto al cine, pero tampoco salgo de casa demasiado.

    En la película Silver Linings Playbook, por suerte, se los reconoce muy bien con una historia donde Bradley Cooper se va a vivir con sus padres (Robert De Niro incluido) y trata de reconciliarse con su exesposa, hasta que conoce la misteriosa jovencita que interpreta Jennifer Lawrence.

    - ¿Qué factor creen que favoreció a la película Silver Linings Playbook para ganar el mejor premio del Festival Internacional de Cine en Toronto, poniéndola como una de las películas candidatas al óscar?

    BC: La música es una parte muy importante en esta película, por el ritmo como hablamos, dictado por el mito de volverse cada vez más suave. Y la forma en que está escrita, con el ritmo de cada personaje, te da un oasis que genera una especie de música Jazz. Es emocionante.

    - ¿Hicieron alguna investigación sobre las enfermedades mentales que sufren los personajes de la película?

    BC: El director nos dio muchísima información y algunas cosas para leer y ver, después tuvimos discusiones, tratando de encontrar el ritmo. Con cada exploración fuimos cada vez más profundo. Lo vivimos. Íbamos aprendiendo a medida que hacíamos la película. Como actor, fue como un paraíso, porque no trabajamos solamente con el cerebro, también con el cuerpo, la voz, la respiración. Todos estábamos incómodos a diario, para bien, en la forma que un actor quiere estar, para encontrarlo todo mucho más real. Y es porque teníamos un director que nos decía constantemente “Todo va a estar bien, confíen”.

    JL: Odio hablar después de él (Risas), porque yo no hice ninguna investigación. No sentí que fuera necesario. Mi personaje es como una cebolla, con demasiadas capas extrañas y muchas dimensiones que fueron evolucionando. Cuando leí el guion, quedé encantada con ella.

    -¿Quién se preparó más para la parte del baile?

    JL: Ahí sí tuve que prepararme el doble que Bradley. Tuve tarea extra, porque soy muy mala bailarina (Risas). Es verdad. Tuvimos una coreógrafa increíble, Mandy Moore trabajó muy duro conmigo, durante dos semanas, todos los días. No fue fácil.

    -¿En la vida personal tienen alguna canción favorita para momentos depresivos como sugiere la película?

    JL: Bradley llora cada vez que escucha Call me Maybe (Risas).

    BC: Beautiful People, la canción de Marilyn Manson, es un tema destructivo para mí.

    - ¿Filadelfia pasó a ser también un personaje de la película?

    BC: Yo soy de Filadelfia y sé muy bien que otras películas que tratan sobre el lugar y no se filmán ahí, parecen un reflejo de Nueva York, pero no tienen nada que ver. Los acentos son diferentes, la mentalidad es interesante. La casa que diseñó la producción, la casa donde viven es típica del lugar. La película está basada en un libro de Matthew Quick con una historia que pasa en Filadelfia. Y tuvimos suerte de poder filmar en el mismo lugar.

    -¿Hay alguna escena de la película que muestre tu verdadero estilo de vida en Filadelfia?

    BC: Al final de la película, cuando la gente está jugando a las cartas, con mamá cocinando, así me crie yo. Fue genial vivir ese elemento en la película, se siente que estás viviendo en esa misma casa, con esa gente, caminando las mismas calles. Se camina mucho en esta película, no hay demasiados autos. Mi personaje camina para salir con Jennifer. Van a cenar a un lugar por donde pasan, hay toda una mentalidad de barrio. Eso es verdad y fue bueno verlo en el cine.

    -¿Y en los momentos malos, como pasa en la película, qué te hace sentir mejor en la realidad?
    BC: Espero estar rodeado de gente que me ayude a sanarme. Eso es lo mejor de esta película. En mi vida tuve suerte de tener bastante amor a mi alrededor y cuando pasa algo malo, puedo entender lo que pasa en la película, porque en momentos así, no hay nada mejor como estar con la familia y la gente que te quiere.