En mayo, en parte de la cordillera El Merendón se registró un voraz incendio que consumió, según el Cuerpo de Bomberos, unas 30 manzanas de bosque.
Vecinos del sector llamaron a la estación bomberil del municipio de Choloma, cuyos miembros comprobaron el siniestro. Por la difícil topografía del terreno, no lograron hacer ingresar ninguna cisterna de agua y unos seis hombres de esa institución se valieron de machetes y palos para tratar de sofocar las llamas que poco a poco consumían el bosque, pero fue imposible.
Los elementos bomberiles abandonaron el lugar y se trasladaron a sus puestos de trabajo creyendo que el fuego se apagaría por sí solo, reconoció el mayor Julio César López, quien aseveró que en la montaña hay tramos limpios.
Sin embargo, el incendio continuó y nadie avisó a los bomberos. En la estación sampedrana no se dieron cuenta de lo que pasaba en esta zona, pues aseguraron que no tuvieron ningún reporte de nadie.
Sólo en una semana, el Cuerpo de Bomberos utilizó unos 60 mil litros de agua para sofocar las llamas. Los apagafuegos manifestaron que muchas veces las quemas forestales son propiciadas por pirómanos y apagadas por campesinos.