24/11/2025
05:00 PM

Explotar y explosionar

Las palabras parónimas tienen algún parecido en la escritura y naturalmente en la pronunciación, pero con diferentes conceptos; mas hay momentos en que esa homografía tiene igual imagen mental. Explotar y explosionar pareciera que tienen la misma etimología, pero no es así, son de distinto origen.

    Las palabras parónimas tienen algún parecido en la escritura y naturalmente en la pronunciación, pero con diferentes conceptos; mas hay momentos en que esa homografía tiene igual imagen mental. Explotar y explosionar pareciera que tienen la misma etimología, pero no es así, son de distinto origen.

    Explotar es sacar utilidad de algo o de alguien en beneficio propio. Explosionar es provocar la rotura violenta de algo por el aumento rápido de una presión interna; pero con el devenir del tiempo y por la similitud grafémica y fonética, estas dos palabras tienen, entre sus diversas acepciones, equivalente significado: Explotó una bomba es lo mismo que explosionó una bomba; sin embargo, no hay caso inverso: no se puede decir que un hacendado explosiona a sus jornaleros: los explota.

    Persuadir y convencer

    La imagen, ya sea acústica o visual, lo que busca es convencer para lograr su fin: que el receptor compre o acepte lo que el emisor pretende. Aquí es cuando el oyente, con asistencia de la razón, ha llegado a ser incitado a hacer algo o a cambiar su comportamiento u opinión. Convencer se logra por medio de argumentos, ideas racionales, con palabras claves. Es por ello que los hechos morales y religiosos siempre están en la etapa de la opinión: juicios que se forman de ideas o propuestas cuestionables.

    Pero a veces se entra en la homología semántica entre el convencer y el persuadir. En apariencia son voces iguales, sinónimas, pero no siempre es así. 'Yo había convencido a mi jefe, pero me faltó persuasión porque al final él no me dio el aumento'. Persuadir va más allá de convencer, significa: inducir, mover, obligar, con razones, a creer o hacer algo. Al inteligente se le convence, al mediocre se le persuade, dice un pensamiento.

    Confrontar, afrontar y enfrentar

    'Los políticos se confrontaron en una discusión' o 'Los políticos se enfrentaron en una discusión' y 'Hay que afrontar al enemigo' son ejemplos donde usamos indiferentemente los tres verbos.

    Confrontar es comparar, cotejar, verificar: 'Hay que confrontar el original con la copia'. En cambio, enfrentar es encarar, oponerse, ponerse en frente: 'La institución enfrentó muchos problemas', 'Lo mejor es que te enfrentes con tu jefe', 'El malviviente se enfrentó con la Policía'.

    Afrontar es poner cara a un compromiso, peligro o problema, más que todo se aplica en situaciones comprometedoras, pero sí se puede intercambiar por enfrentar. Luego, en el ejemplo de entrada lo correcto es: 'Los políticos se enfrentaron en una discusión'.

    De más, demás y además

    'Los diputados estaban de más en aquella manifestación' perfectamente puede cambiarse por 'Los diputados estaban de sobra en aquella manifestación'; esto es porque de más equivale a de sobra. Pero con el parónimo demás no hay ninguna conexión: 'Las demás personas se quedan en clase' es lo mismo que 'las otras personas se quedan en clase'. 'Además de bella es muy inteligente', 'Tengo tiempo para ir y además estoy interesado'. El adverbio 'además' significa 'a más de esto o de aquello' y en algún momento indica demasía o exceso. Pero en muchas ocasiones esta palabra se puede intercambiar por 'asimismo, también, igualmente': 'Asimismo estuvo presente el director de la escuela', 'Tengo tiempo para ir y también estoy interesado'.