Nueva York, Estados Unidos.
Lo que para la sociedad actual está lejos de ser un cuerpo perfecto debido a estereotipos que han durado siglos fue causa de tristeza y dolor para la hondureña Jenny Varela (26): sus estrías, el evidente sobrepeso, las cicatrices, el vientre flácido se han convertido en las herramientas que utiliza para seguirse abriendo campo en el mundo del modelaje. Para la modelo 'plus size', sus provocativas imágenes buscan hacer conciencia en la juventud e incitarla a amarse independientemente del número que indique la balanza.
“Mi vida siempre ha girado alrededor de personas que aman el arte, jóvenes que pintaban, diseñaban, fotógrafos, modelos, actores. Siempre fui la persona que lo coordinaba todo. En cierta ocasión por esas cosas de la vida se dio la oportunidad de estar frente a la cámara y la primera sensación que tuve, pese a mi sobrepeso, fue comodidad. Me vi bella, sentí que me encantaría seguir posando frente a una lente. Fue algo muy extraño. Mi baja autoestima solo me permitía tomarme selfis con el celular; nunca pensé posar frente a un fotógrafo profesional hasta que noté toda la magia que emanaba de mis imágenes. Era un sentimiento de otro mundo, algo indescriptible”, relató Varela.
Después de muchas penas y tristezas, la modelo 'plus' hondureña descubrió que la belleza viene en diferentes tamaños, aprendió a aceptarse, adquirió el coraje para pedir a los demás que la aceptaran y amaran con sus 220 libras, las cuales a partir de aquel mágico momento pasaron a convertirse en una bendición, dejando atrás las inseguridades y los complejos que formaron parte de su vida durante su niñez y adolescencia.
“En aquel momento no me percaté de lo que estaba haciendo. Ahora entiendo que no era solo tomarme unas fotos. Ese día empecé a abrir puertas, dar esperanza y motivación a muchas jóvenes que se parecen a mí. Muchas mujeres se sienten muy bonitas por fuera, pero se odian por dentro debido a su sobrepeso. Lo más increíble de todo es que solo faltó que una persona viera mi belleza exterior para que el mundo cambiara completamente para mí'.
El lente del fotógrafo hondureño Jorge Sevilla captó por primera vez la sensualidad de Varela y el resultado de aquel encuentro obtuvo una inusitada atención en las redes sociales al publicarse la primera imagen. La gráfica causó sorpresa en su círculo de amigos, quienes descubrieron en ese momento a una Jenny diferente. A partir de aquel momento se acabaron las inseguridades y mejoró su relación con ella misma y la forma en que era vista por los demás.
 Después de muchas penas y tristezas, la modelo 'plus' hondureña descubrió que la belleza viene en diferentes tamaños, aprendió a aceptarse, adquirió el coraje para pedir a los demás que la aceptaran y amaran con sus 220 libras.
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 Jenny Varela (26) está orgullosa de su cuerpo.
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 A pesar que Jenny Varela tiene soprepeso como saludable y se ejercita de 4 a cinco veces por semana.
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 'Cada libra representa una razón para disfrutar la vida. Ahora hasta he sacado de mi mundo a las personas negativas que cuando estaban borrachas, drogadas o molestas me llamaban gorda fea' dijo a LA PRENSA.
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 Deseo representar a la mujer hondureña e hispana dijo Jenny.
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¿Qué concepto tenía de su cuerpo antes de tomarse las primeras fotos de su carrera?
'Mis brazos representaban mi principal problema. Me avergonzaba mucho y no deseaba por nada del mundo que las personas los vieran; como que se me movían mucho. Me acomplejaban mis estrías; se me veían bastante. Me aterrorizaba mi celulitis. Nunca me tomaba fotos de cuerpo entero, solo del torso hacia arriba. No me gustaba mi papada. Cuando se me quitó la inseguridad murió el miedo de mostrarme como soy'.
Hábleme de su estilo de vida.
'Me encanta mi forma de vivir. Trato de verme lo mejor posible. Amo cada una de mis 220 libras. Tengo un régimen alimenticio muy saludable; no como comidas rápidas, no tomo gaseosas ni alcohol, no uso drogas y asisto al gimnasio de 4 a 5 veces por semana. Cada libra representa una razón para disfrutar la vida. Ahora hasta he sacado de mi mundo a las personas negativas que cuando estaban borrachas, drogadas o molestas me llamaban gorda fea'.
¿Qué le gustaría cambiar en esta sociedad con su trabajo?
'Me encanta haber nacido en este tiempo, ya que se están abriendo puertas a las muchachas gorditas. Sé que en este preciso instante muchas mujeres se hallan en relaciones abusivas solo porque piensan que su opresor es el único que las va querer. Muchas de ellas están pensando en suicidarse. Quiero ser transmisora de un mensaje que las haga sentir que pueden ser cualquier cosa que deseen ser. Vivimos en una sociedad donde hay más tolerancia y aceptación para una persona homosexual o transexual; aceptan a todo el mundo, pero si sufres de sobrepeso, las oportunidades son muy pocas'.
¿A dónde pretende llevar su carrera como modelo?
'Deseo representar a la mujer hondureña e hispana. Muchas empresas aquí tienen sus modelos y están abriendo oportunidades para modelos 'plus size' como yo. Siento que mi apariencia es similar a la de la mayoría de las jóvenes en Estados Unidos y cuando llegue el momento quiero ser más que una modelo: deseo ser la voz de miles de mujeres parecidas a mí por medio de la radio, la prensa y la televisión. Cuando tenga el poder de cambiar vidas sabré que he logrado mi objetivo'.
