Es difícil dominar las emociones, pero cuando se logra, resulta de gran utilidad. El control de estos estados puede ayudar a la consecución de objetivos de gran desarrollo personal.
A veces no es tan sencillo, porque las emociones están dadas por el desarrollo evolutivo de las personas, es decir, se forjan desde niños.
Se aprenden siguiendo el comportamiento de figuras significativas de su vida o aquéllas con las cuales tienen algún apego, asegura Silvia Mancheno, neuropsicóloga.
Cómo controlarlas
Lo primero que hay que hacer para controlar las emociones es saber reconocerlas. No se puede cambiar un comportamiento si se piensa que es el correcto.
Todas las personas tienen derecho a sentir ira, coraje, tristeza, furia o agresividad.
El secreto está en la forma de reaccionar, asegura la experta.
La teoría del espejo
“No es lo mismo tener coraje y expresar ese malestar a las personas con las palabras a lanzar un golpe o insultar”.
La sicóloga clínica Ruth Cobo dice que lo mejor para controlar estos estados es poner en práctica lo que se denomina la teoría del espejo, nacida de los budistas: siempre está abierto y puede reflejar tanto lo hermoso como lo feo, pero que no se queda atado a nada.
Meditación
Por ejemplo, es necesario que una persona con ira piense qué puede conseguir si estalla e insulta frente a una determinada situación.
