Después del agua, el té en sus diversas variedades es la bebida de mayor consumo en el mundo. En los últimos años están saliendo a la luz investigaciones que demuestran las ventajas de la ingesta de esta popular infusión, asociada a la cultura del Reino Unido cuando se hizo con el control de su comercio a partir de la colonización de Asia.
Debido a su poder anticoagulante, la ingesta de té ha demostrado muchos beneficios para combatir las enfermedades cardiovasculares, pero recientemente un grupo de científicos ha descubierto que esos efectos pueden verse contrarrestados si se toma con leche.
Los expertos de la revista científica European Heart Journal, han estudiado la reacción a esa bebida de dieciséis mujeres sanas que han llegado a la menopausia.
Dilatación endotelial
Las mujeres sometidas a la prueba bebieron, según los casos, medio litro de té negro, té negro con un diez por ciento de leche desnatada o agua hervida como placebo en lugar de esa infusión.
Los investigadores del Hospital Charité, de la Universidad de Medicina de Berlín, midieron en cada caso la dilatación endotelial mediada por el flujo, que calcula la variación del diámetro de los vasos sanguíneos como respuesta a un aumento del flujo sanguíneo. En arterias sanas, los vasos sanguíneos son capaces de relajarse si el flujo sanguíneo se incrementa.
El consumo de té negro “incrementó la dilatación endotelial mediada por el flujo en comparación con la ingesta de agua, “mientras que si se toma con leche suaviza los efectos del té”, dicen los investigadores en su informe, que concluye que la leche “contrarresta los efectos favorables del té en la función vascular”. Para los científicos, esto puede deberse a las caseínas, unas proteínas presentes en la leche que podrían reducir la concentración de catechinas, unos flavonoides presentes en el té que protegen el sistema cardiovascular.
Cáncer biliar
El equipo de investigadores, dirigido por Ann Hsing, del National Cancer Institute de Estados Unidos, evaluó los datos demográficos, médicos y dietéticos de 627 personas con cáncer en las vías biliares, 1,037 con cálculos biliares y 959 sanas.
Como resultado de las pesquisas, los investigadores observaron que las mujeres bebedoras de té presentaban un riesgo menor de padecer cáncer de vesícula (44%), cáncer de las vías biliares (35%) y cálculos biliares (27%), mientras que en los hombres no se observó una relación entre el consumo de té y el riesgo de padecer dichas enfermedades. Sin embargo, según Hsing y sus colegas, los resultados en el caso de los hombres se podrían haber visto afectados por el elevado índice de fumadores que había entre ellos. El mecanismo por el cual el té aporta estos beneficios todavía no está claro pero, según los científicos, “se podría deber a las propiedades antiinflamatorias y antiproliferativas de los polifenoles del té, especialmente del EGCG (galato epigalocatequina)”, uno de los extractos que contiene la planta.
Té verde y próstata
La revista Cancer Prevention Research indica que el consumo de té verde puede reducir el avance del cáncer de próstata, de acuerdo con una investigación de científicos del Centro Oncológico Feist-Weiller, de Estados Unidos.