Algunos dirían que Daft Punk se ha hollywoodizado. El influyente dúo francés de música electrónica creó hace tres años su primera banda sonora, para El Legado de Tron, y ahora lanza Random Access Memories un álbum pop muy bien producido con lo que ellos llaman un conjunto de cantantes contemporáneos y músicos veteranos.
El mundo del espectáculo siempre ha tenido una inclinación hacia el trabajo de Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo, quienes en los últimos 13 años han ocultado sus rostros en sus presentaciones en público usando cascos de robot y disfraces.El grupo que ayudó a popularizar la música electrónica en Estados Unidos usó instrumentos casi exclusivamente en vivo en la mayoría de sus 13 canciones, muchas de ellas con un sonido relajado del pop y el disco de finales de los 70.
En una época en la que las baterías electrónicas y los acordes rápidos generados por computadora dominan las listas de popularidad, Daft Punk se movió en la dirección opuesta.
Cuatro años preparando el álbum
“Las voces humanas en la música pop se están volviendo más y más robóticas”, dijo Bangalter. “(El disco) es un proyecto robótico y tecnológico que se trata de volverse más y más humano”. Con los arreglos de Chris Caswell, el grupo se unió a instrumentistas que podían evocar su música favorita de Chic, las primeras piezas de Michael Jackson, Steely Dan y Fleetwood Mac. Los músicos de Chic — Nile Rodgers, el baterista JR Robinson y el bajista James Genus — crearon la base musical para vocalistas como Julian Casablancas de The Strokes, Panda Bear de Animal Collective y Pharrell.
Es algo muy distinto a las producciones caseras que definieron los primeros tres álbumes de Daft Punk. “Hacer música con músicos y retomar cierta artesanía fue totalmente extraño para nosotros, fue una especie de fantasía”, dijo Bangalter. “Es raro porque de alguna manera fue un lujo poder hacerlo, pero a la vez no fue fácil”.
Comenzaron con varias sesiones de improvisación en Los ángeles y después pasaron cuatro años preparando capas de sonido, editando, haciendo nuevos arreglos y volviendo a grabar. Bangalter compara el dúo con un director de cine “que filma durante meses y meses, se detiene a veces para volver a hacer tomas y después edita mucho... para crear al final cierta espontaneidad que de alguna manera es construida”.
Las primeras respuestas al muy anticipado álbum, que el mes pasado rompió el récod en Spotify como el más escuchado del servicio de música por Internet, han sido mixtas. Y es que a lo largo de los 13 tracks del material Daft Punk exploró los ritmos del funk, jazz, progresivo, dance, R&B y synth pop, entre otros.
Cuando Daft Punk lanzó su último álbum de estudio, Human After All, en 2005, Facebook aún era para estudiantes universitarios y Twitter no existía. Volviendo a las comparaciones cinematográficas, Bangalter y de Homem-Christo son el Terrence Malick del electro-pop: se toman su tiempo para hacer nuevos proyectos, se mantienen alejados de la prensa y mantienen sus rostros en el anonimato para poder tener vidas relativamente normales.
Todo va de acuerdo al plan: su música es conocida mientras sus personalidades y sus vidas se mantienen en privado.“La gente parece entenderlo bien”, dijo Homem-Christo.
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