El sabor del merengue enloqueció a miles de personas que desde diferentes ciudades del país se dieron cita este viernes en Expocentro para rendirle un merecido tributo al cantante hondureño Jorge Gómez.
El homenaje organizado por Funvidas, a beneficio de los niños con problemas renales, fue un espectáculo sin precedentes, donde los artistas unieron el folclore nacional con el sabor dominicano.
Comenzó la fiesta
Con la romántica melodía Amor pirata en la voz de otro grande de la música hondureña, Moisés Canela, inició el esperado evento. Seguido, el carismático Polache entró al escenario y con un “bienvenidos todos, papa”, al son de su guitarra hizo sonar El chapuzón. A esta gala no podía faltar el inigualable Pilo Tejeda, quien con su “wepa” animó al público a bailar con el sabor garífuna del ritmo punta.
El grupo coreográfico Ritmo y Sabor fue la antesala de lo más esperado de la noche. Así entró al escenario Gene Chambers, seguido por Rubby Pérez y Eddy Herrera, quienes como solistas interpretaron varias melodías, como Volveré, Tú vas a volar y Ajena, las cuales encendieron la energía de la gente emocionada.
A lo grande. La lluvia comenzaba a amenazar aquella noche musical y en ese momento apareció el maestro Wilfrido Vargas, quien se robó los aplausos de un público leal cuando expresó: “Honduras parió el talento, el entusiasmo y la internacionalización de un hombre: Jorge Gómez”. Esas palabras fueron el preámbulo para recorrer visualmente la vida del catracho nacido en Tela, Atlántida, quien entró al plató con un popurrí hondureño, cautivando con su aguda y vibrante voz a un público de pie que le regaló gritos y aplausos.
Emocionante
La parte más emotiva del concierto y una gran sorpresa para Gómez fue cuando sus hijos Jorge Gómez Jr. (37), Miguel Fernando (32) y Josué Sebastián (29) se unieron al unísono para cantar una tierna melodía, se fundieron en abrazos y dieron un mensaje de unión y amor a Dios.
Pero el show debía continuar y, como un desfile de estrellas, Gómez llamó a Rubby Pérez e interpretaron juntos una melodía en inglés. Luego llegó El jardín de rosas junto a Eddy Herrera y para cerrar con broche de oro se unieron Gene Chambers y Wilfrido Vargas, quienes recrearon sus bailes y canciones de aquella época dorada de los 80 y 90, cuando sus voces internacionalizaban el pegadizo merengue.