Hasta este domingo el británico Colin Firth era, sobre todo, un atractivo actor secundario, aún cuando desde hace un año viene olfateando el Oscar, un premio que llegó a sus manos en su segundo intento gracias a la encarnación del tartamudo rey Jorge VI de Inglaterra.
El actor de 50 años se alzó con el trofeo a Mejor Actor después de una temporada de premios en Estados Unidos, donde arrasó en todas las ceremonias de la industria del cine y los Bafta en Gran Bretaña.
'Es un gran honor, posiblmente el más grande que haya tenido', dijo emocionado Firth al agradecer a todo el equipo de la película.
El año pasado, Firth también había logrado su primera nominación al premio de la Academia en Hollywood, gracias a una inesperada colaboración con el diseñador convertido en cineasta Tom Ford, que ubicó a Firth en ese pedestal de la industria donde se reciben ofertas de protagónicos.
'A veces uno se siente como ese particular rey en momentos como estos', bromeó Firth ante la AFP cuando un grupo de personas se acercó en enero a la entrada del bar inglés Pig n'Whistle de Hollywood, donde recibió su estrella en el paseo turístico de Los Angeles.
Firth bromeaba en el pasado con que su carrera se reducía a una escena de una versión televisiva de 1995 de la novela de Jane Austen 'Orgullo y prejuicio' en la que su personaje, Fitzwilliam Darcy, aparecía con una camisa blanca empapada ante su amada tras zambullirse en un lago.
La escena convirtió al actor en objeto del deseo de muchas británicas y es todavía muy popular en YouTube, pero la fama internacional de Firth llegó en 2001 cuando encarnó a otro Darcy, Mark --inspirado en el de Austen-- en 'El diario de Bridget Jones'.
Su personaje en esa cinta -como en muchas otras-- era un joven amable, guapo pero de perfil bajo que rivalizaba por el amor de la protagonista con el más carismático galán interpretado por otro conocido actor británico, Hugh Grant.
Firth rompió entonces el molde al aceptar, sin mucho convencimiento, la propuesta de Ford para protagonizar 'A single man' (Un hombre soltero), la historia de un profesor universitario homosexual que debe ocultar su dolor tras la muerte de su amante en Los Angeles de principios de los años 60.
La película le valió a Firth la copa Volpi en el festival de Venecia, su primera candidatura al Oscar y un premio Bafta, su equivalente británico.
En menos de 12 meses llegó otra ola de reconocimientos, esta vez más contundente, la crítica mundial se rindió ante su interpretación en 'El Discurso del Rey'.
'He estado escuchando respuestas bastante profundas', comentó en Hollywood al ser consultado antes de los premios del Sindicato de Actores (SAG) sobre por qué creía que la audiencia había conectado con esta cinta histórica.
'Una cosa que me viene a la cabeza es que a lo largo de la película, se está respondiendo a las interacciones entre las personas', opinó el actor elogiando el inmenso aporte de Helena Bonham Carter .
'Ella se sienta y mira y sufre tanto como él. Es la cara de Helena viéndome. Lo que conmueve a la gente no es tanto mi cara sino la suya viendo la mía', ha dicho sobre la complicidad entre los actores en la cinta que le dio a Firth, el SAG, un Globo de Oro, un Bafta, estatuillas de círculos de crítico estadounidense y el domingo, el afamado Oscar.
Alto, de sonrisa tímida y siempre muy humilde, nació el 10 de septiembre de 1960, en el seno de una familia de profesores y pasó parte de su infancia en Nigeria antes de regresar a Inglaterra a la edad de cinco años.
Fue descubierto durante una interpretación de Hamlet al final de una formación de arte dramático en Londres.
Su debut profesional se produjo en una producción del West End de 'Another Country' ('Otro país'), que le brindó la oportunidad de participar también en la versión cinematográfica.
'Orgullo y prejuicio' consolidó su fama en Gran Bretaña y fue seguida de pequeños papeles en las oscarizadas 'El paciente inglés' (1996) y 'Shakespeare enamorado' (1998).
Tras 'El diario de Bridget Jones', Firth se ganó a la crítica con su participación, junto a Scarlett Johansson, en 'La joven de la perla' en 2003, y cuando volvió a coincidir en la pantalla con Hugh Grant en la comedia 'Love Actually'.
En 2008, se soltó el moño en el exitoso musical cinematográfico 'Mamma Mia', donde tenía que cantar y bailar al ritmo del grupo de Abba en el papel de uno de los ex amantes del personaje principal interpretado por Meryl Streep.
Colin Firth vive en Londres con su esposa Livia Guiggioli, con quien se casó en 1997, y tiene dos hijos, Luca y Mateo. El actor tiene otro hijo, William, fruto de una relación anterior con la actriz Meg Tilly.