Sobre la mesa, 'Juan' amasaba harina con otros ingredientes para elaborar una buena hogaza de pan.
Y para diseñar al protagonista de 'Fuego en la sangre' el actor Eduardo Yáñez hizo algo similar, ya que tomó rasgos y características de algunos de los más famosos charros de la cinematografía nacional. Después, los 'horneó' con su experiencia y dedicación, con lo que consiguió uno de los personajes más ricos en matices de su carrera.
'Quería conjuntar a aquellos ídolos de nuestro cine de la época del oro: un poquito de Pedro Armendáriz, de Pedro Infante, de Luis Aguilar, de Jorge Negrete, de Abel Salazar. 'Siento que creé mi propio personaje, pero había ciertas escenas que se prestaban para robarle un pedacito de carne a esos actores tan admirados. Al hacerlo, se creó una ensalada muy grande, y ahora Juan Reyes camina y habla por sí solo', asegura Eduardo.
Aunque recibió algunas críticas, derivadas precisamente de esa evocación al cine campirano de los 40, la mayor parte del público femenino quedó cautivada por este charro que, en pleno siglo 21, montaba, llevaba serenatas y defendía a puño limpio el amor de su mujer.
El propio Eduardo llegó a admirar las cualidades del galán del melodrama: un hombre de campo de buenos sentimientos al que nutrió con su esencia, pero sin permitir que se fusionara con él.
'Hacemos personajes, pero no somos nosotros mismos. Su nobleza, honorabilidad y valentía; su búsqueda incansable por justicia, su fidelidad a su tierra y a su familia, su amor a una sola mujer. Eso es lo que Juan Reyes le dio al público, no Eduardo Yáñez. Pero si no me hubiera gustado y no lo admirara tanto, no lo hubiera interpretado así'.
Feliz del resultado
Y si bien enfrentó varios retos para desempeñar cabalmente ese papel, el actor considera que eso le agregó un mejor sabor al proyecto, pues lo que resulta fácil no se disfruta igual.
'Soy un hombre que monta, pero no un jinete que digas ¡wow, qué bruto, es todo un charro! Creo que los dos caballos que me tocaron estaban viendo cuál me tiraba primero. 'Capricho' lo logró tres veces.
'Sin embargo, me forcé a hacerlo lo mejor posible y, además, siempre tuve ayuda de mis compañeros, de los stunts y de buenos caballerangos'.
En el plano histriónico también se encontró con uno que otro desafío, particularmente al principio, cuando grabó la muerte de Libia interpretado por Sherlyn, la hermanita de Juan, Franco y Óscar Reyes. 'Me trajo recuerdos personales muy fuertes, que no voy a detallar. Ahí creí que no iba a poder lograrlo, porque me tocaba fibras demasiado íntimas, y tampoco se valía canalizarlo para un personaje', comparte. 'Tenía que estar muy claro que eso formaba parte de la ficción, que no tenía que ver conmigo. Pero fue algo difícil'.
Eduardo se describe como un actor ávido de aprendizaje, razón por la cual aceptó incursionar en un ámbito hasta ahora ajeno a su trayectoria: el canto.
Pero aunque salió airoso del reto, asevera que no tiene la mínima intención de seguir por el sendero de la música. Para eso, señala, están Alejandro Fernández, Luis Miguel, Cristian Castro o el propio Pablo Montero.
'Lo que me gusta y me apasiona es actuar. Estoy claro de que allá afuera hay gente que a eso se dedica, pero también nosotros les hemos dado chance de que actúen. Unas por otras'.
Por eso, Eduardo defenderá la profesión que ha desempeñado por 25 años en televisión o cine; dentro y fuera de escena, actuando, pero también sugiriendo a la producción y dialogando con los actores. 'En mi currículum, ¿cómo califico esta telenovela? Alguna vez Jorge Fons, un gran director, dijo que si ya teníamos el 8 de calificación, teníamos que buscar el 10. Y creo que con 'Fuego en la sangre', no lo digo por mi trabajo, sino por todo el conjunto, encontramos el 10'.
Dos divorcios y muchos éxitos
Eduardo Yáñez nació en la ciudad de México un 25 de septiembre de 1960 bajo el signo de libra.
Cuando era un adolescente, su inquietud se enfocaba al fútbol americano, pero al observar unos ensayos de actuación en la vocacional donde estudió, cambió de opinión. Con el tiempo, Eduardo llegó a Televisa y Ernesto Alonso le dio la oportunidad de actuar al lado de Victoria Ruffo en la telenovela 'Quiéreme siempre'. Desde entonces, el actor demostró su talento y fuerte personalidad al público televidente.
Desamor y telenovelas
En 1987, Yáñez se casó con Norma Adriana García, con quien tuvo a su hijo Eduardo. Tres años después se divorciaron y en 1991 Yáñez se fue a vivir a Estados Unidos para hacer un par de telenovelas y participaciones en series y películas americanas.
Seis años después, el mexicano volvió a casarse, esta vez con una joven cubanoamericana de nombre Francesca Cruz, con quien en el año 2003 inició los trámites para un nuevo divorcio.
En 2005, Eduardo regresó triunfal a México, ya que Emilio Larrosa le dio oportunidad de dar vida al protagónico de la telenovela 'La verdad oculta', compartiendo créditos con Galilea Montijo, Gabriel Soto y Alejandra Barros. En 2007 participa en la telenovela 'Destilando amor' en la que se vio involucrado sentimentalmente con la protagonista Angélica Ricera. Eduardo regresó a su país a protagonizar este año la telenovela 'Fuego en la sangre' en la que comparte créditos con Adela Noriega, Jorge y Nora, Pablo Montero, Elizabeth Álvarez, María Sorté, Diana Bracho, Guillermo García Cantú y Joaquín Cordero.