La bahía de Acapulco es una de las más bellas del mundo. Los conquistadores quedaron prendados de la belleza y de la ubicación de este puerto natural de México.
Testimonio de ese poder estratégico es el Fuerte de San Diego, bella construcción de piedra, construido en 1616, y que actualmente es un museo histórico en el que se lleva a cabo el espectáculo 'Luz y sonido', donde se narra la historia del puerto, los avatares de la revolución y el desarrollo del balneario moderno, en un marco de majestuosa vista panorámica.
En l927, cuando se construyó la carretera entre la ciudad de México y Acapulco, se levantaron varios hoteles al borde del mar.
El presidente Alemán dio un gran impulso turístico a la región y, durante las décadas de los 40 y 50, Acapulco se transformó en un centro de fama internacional.
Millonarios, políticos, estrellas de Hollywood y productores de cine edificaron bellas casas y residieron durante temporadas.
Lugar de famosos
Liz Taylor y Michael Tood vivieron aquí un apasionado romance y María Félix inspiró al compositor Agustín Lara, con la melodía 'María Bonita'.
También el pintor Diego Rivera dejó su huella en la casa de doña Dolores Olmedo, donde realizó varios cuadros y un extraño mural, que se puede visitar.
Actualmente, celebridades como Plácido Domingo, Bill Gates o Luis Miguel pasan épocas de descanso en la zona.
Otros, en cambio, van en busca de la 'gran movida'. 'Acapulco siempre es temporada, confiesa Juan, que maneja un coche a caballos, en invierno llega el turismo internacional y el resto del año tenemos festivales, conferencias y muchos enamorados que pasan su luna de miel'.
Son famosos los festivales de música, los torneos de pesca internacional y las conferencias de negocios, además de ser un lugar ideal para bodas y romances.
Arriban al año más de un millón de turistas que disfrutan de las extensas playas sobre la bahía, gozan de paseos y excursiones, y de un sinnúmero de atracciones.
La infraestructura hotelera es excelente. Hay más de 500 hoteles, algunos de gran turismo como Las Brisas o Maya Palace, en Punta Diamante, y otros más económicos, sobre la Costanera Miguel Alemán, con acceso directo a la playa y con todas las comodidades.
En los restaurantes frente al mar, podrá degustar de un coco-loco, bebida típica, disfrutando la maravillosa puesta del sol.
Las playas como Puerto Marqués, Punta Diamante, Pie de la Cuesta y La Caleta están apartadas y ofrecen servicios para hacer deportes náuticos.
Se alquilan equipos para esquí acuático, paracaidismo, y motonaves. En el Parque Cici puede nadar con los delfines, es una experiencia muy singular.
Ocio y excursiones
Los amantes de la pesca tienen varios sitios donde practicar el deporte, con barcos equipados y capitanes experimentados.
Si gustan de excursiones, recomendamos un paseo a la Laguna de Coyuca y, para emociones fuertes, el Río Papagayo, con los 'shotover-Jet' o barcos rápidos.
Caminar por el zócalo y hacer compras en el colorido Mercado Tianguis es una alternativa entretenida y muy útil, ya que hay muchos regalos para escoger: variadas artesanías y muy bonitas joyas de plata a precios accesibles, aunque siempre es bueno regatear.
Los vestidos mexicanos bordados son muy bellos, igualmente las telas de manta y los sarapes de colores.
Las cerámicas y la cestería ponen a prueba la creatividad de los artesanos mexicanos.
Algo que no debe perderse es el espectáculo de los famosos clavadistas, en La Quebrada.
Los clavadistas surgieron en la época de los 40, cuando los pescadores se lanzaban a bucear, observando el flujo de las mareas y complaciendo a algunos curiosos.
Hoy el lanzamiento de estos nadadores es un espectáculo único en el mundo. Los clavadistas están asociados, se entrenan constantemente y se tiran de 35 metros de altura; durante la noche portan antorchas y parecen pájaros humanos.
La 'movida' nocturna es excepcional, Acapulco se ilumina y su bahía adquiere un encanto especial durante la noche. Discotecas, bares y lugares para 'trago-largo' abundan.
En los grandes hoteles hay espectáculos con baile y música, mientras que en los restaurantes de la costa, las bandas y los conjuntos musicales complacen a los clientes, con sus melodías predilectas.
Como bien dice Agustín Lara en su canción: 'Acuérdate de Acapulco, María Bonita…'.
Una aldea de pescadores
Esta ciudad alegre y confiada, con 230 hoteles y un pulso frenético, es una de las más antiguas de América; su biografía comienza 3.000 años antes de Cristo.
Cuando Hernán Cortés invadió México, Acapulco era una aldea de pescadores; pero pronto se convirtió en la meta de salida de las naves que dieron a la Corona española el imperio inca del Perú. Y más tarde hubo un flujo comercial muy proficuo con China y Filipinas. Cuando esa ruta languideció, también lo hizo Acapulco.
Hasta que se abrió una carretera en los años 20, y una autopista, al principio de los 90, que la une a México DF; se puso a partir de entonces de moda el acapulcazo, es decir, rematar una noche de farra en la capital amaneciendo en las playas de Acapulco. Cada cual encuentra lo que busca, hay una Acapulco para todos. Conscientes de ello, las autoridades locales dividen la ciudad en tres zonas: Acapulco Diamante es la más moderna y exclusiva, que incluye Puerto Marqués, grandes hoteles y cuatro campos de golf de 18 hoyos; Acapulco Dorado comprende el corazón de la Bahía de Acapulco, las playas, tiendas y locales de ocio de La Costera, paseo marítimo interior, y los acantilados de Las Brisas; Acapulco Tradicional, en la parte de poniente, con exuberancia tropical, guarda el aroma de la época dorada hollywoodense, hoteles con pedigrí y unas vistas impresionantes del mar desde los acantilados.