La portada de Vogue para la que Justin Bieber y Hailey Baldwin posaron en diciembre acaba de ver la luz y viene acompañada de una larga entrevista -la primera en profundidad que el cantante concede en más de dos años- en la que ambos se sinceran acerca de los problemas con que se han topado en su breve matrimonio, sus esfuerzos para aprender a discutir sin herirse o su experiencia en terapia de pareja.
“La cuestión es que el matrimonio es muy duro. Eso es lo primero que deberías saber. Que es muy duro”, es el resumen que hace la joven modelo, aunque su famoso esposo se explaya algo más atribuyendo esas dificultades a las secuelas emocionales que él aún arrastra de su pasado como estrella infantil.
Por el momento, la joven pareja no planea tener hijos.
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A lo largo de la conversación también repasan su complicado pasado sentimental, enmarcado en una amistad que se remonta a una década atrás y que en algún punto de 2016 dio pie a un breve romance que ambos reconocen que acabó de mala manera, insinuando que la ruptura fue provocada por una “traición” sobre la que prefieren no dar más detalles.“Sucedieron algunas cosas negativas sobre las que aún tenemos que hablar y en las que estamos trabajando.
Decir que nos distanciamos no sería correcto. Fue más bien un cese dramático de todo contacto. Hubo una época en la que, si yo entraba en una habitación, él se marchaba”, recuerda Hailey. Esa situación cambió, sin embargo, cuando volvieron a reencontrarse en junio del año pasado, precisamente en una conferencia religiosa, y un mes más tarde estaban comprometidos.
Entre las confesiones que realizan en la entrevista a Vogue, en la que hablan de su decisión de visitar a un consejero matrimonial por recomendación de su pastor poco antes de Navidad.
Los esposos han recibido terapia porque él tiene problemas de confiar en los demás.
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