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Deciden priorizar atención a migrantes retornados y reos ante el COVID-19

  • 20 mayo 2020 /

Autoridades buscan garantizar la aplicación de las medidas de bioseguridad en los centros de atención de migrantes y las cárceles del país.

San Pedro Sula, Cortés.

En una reunión sostenida entre autoridades de la Secretaría de Salud y la Comisión Internacional de la Cruz Roja, se acordó diseñar una hoja de ruta para recibir y atender a migrantes irregulares provenientes de México, Guatemala y Estados Unidos como estrategia de prevención a la propagación del COVID-19.

El tema central en este primer acercamiento fue la población vulnerable, específicamente los privados de libertad y migrantes retornados, con el objetivo de garantizar atención médica y respeto a los derechos.

La doctora Sophie Lisa de Vris, representante de Cruz Roja Internacional en Honduras, manifestó la intención que tiene el organismo de contribuir a Salud a fortalecer y acondicionar espacios de aislamiento, de igual forma, contratar recurso humano de manera permanente para el centro de atención al migrante retornado.

“Trabajamos en conjunto con la Salud para implementar actividades con las diferentes poblaciones el país, migrantes, privados de libertad, hospitales. Ahora estamos viendo cómo podemos apoyar en esta crisis de COVID-19, pero también continuar con las actividades que desde un par de años llevamos ejecutando”, detalló Sophie.

Continúo expresando que “las formas de retorno de la población migrante están variando y así como la necesidad de establecimiento de medidas de manejo sanitario para la reducción del contagio, tanto de la población que retorna al país como de la general, coordinaremos con la Región de Cortés y San Pedro Sula para apoyar técnicamente”.

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Con respecto a la población privada de libertad, la doctora Cinthia Díaz, miembro de la Cruz Roja Internacional, enfatizó que existe una alta vulnerabilidad y grandes posibilidades de contagio por encontrarse en espacios cerrados. “A través del instituto nacional penitenciario y Salud se han hecho alianzas para poder fortalecer los servicios y mejorar la calidad de vida y la salud de los privados”.

Viceministro Roberto Cosenza
Además, el conversatorio contó con la participación del subsecretario del despacho de Salud, doctor Roberto Cosenza, la jefa de la región metropolitana, Lesbia Villatoro y la doctora Dinora Nolasco, directora de la región departamental, quienes se comprometieron a realizar mesas de trabajo para abordar las debilidades en el sistema de salud en la zona norte del país.

“A estas personas no solo las queremos ver como un paciente enfermo de COVID-19, sino más bien como una persona integral”. Indicó el viceministro Cosenza.

Cosenza recalcó que la intención es fortalecer los protocolos en los tres Centros de Migrantes Retornados ubicados en el Aeropuerto Internacional Ramón Villeda Morales, la comunidad de Corinto en Omoa, Cortés, y Centro Belén, en San Pedro Sula. Por otro lado, sugiere al Sinager la mejora de infraestructura en albergues y la implementación de personal médico y psicólogos para los migrantes.

“Hemos estado abordando estos temas y cómo debemos trabajar para fortalecer todas estas etapas que un migrante hondureño pasa al momento de llegar por vía terrestre al territorio nacional”, dijo Cosenza, quien agregó que esta parte emocional, no solo la requieren los hondureños deportados, sino todos los que han estado encerrados durante esta cuarentena; es decir, personal médico en los centros asistencial y demás personas que de una u otra manera les ha afectado el tema del virus.

Ambas instituciones acordaron trabajar un mecanismo para la validación de los resultados emitidos en otros países, ya que deben ser refrendados localmente por la Secretaría de Salud.

Dato

Cifras reveladas por la Comisión Internacional de la Cruz Roja indicaron que hasta la fecha, han ingresado 20,182 hondureños deportados vía terrestre. También estiman que la población de reos en centros penitenciarios de Honduras supera los 20,000 privados de libertad, donde ya se reporta un muerto en el centro de Ilama, Santa Barbara y un contagiado en el recinto penitenciario Marco Aurelio Soto.