En la primera mitad de la jornada empezaron a encenderse todas las alarmas en el parqué neoyorquino porque el Dow Jones de Industriales estaba cayendo 250 puntos y el índice compuesto del mercado Nasdaq perdía la barrera de los 5,000 puntos.
El Banco Popular de China había anunciado desde Pekín una segunda devaluación del yuan, al rebajar otro 1.62% el tipo de cambio respecto al dólar, y los mercados encajaron el golpe con una oleada de ventas de la que, en principio, no se salvó Wall Street.
París terminó el día con una fuerte caída del 3.4%, en Fráncfort el agujero fue del 3.27% y en Londres se perdió un 1.4%, y a este lado del Atlántico Nueva York parecía seguir la misma tendencia con fuertes pérdidas.
Poco ayudó a despejar las dudas el gigante del comercio electrónico chino Alibaba, que le tocaba este miércoles el turno de presentar sus cuentas trimestrales y decepcionó a los inversores con su menor crecimiento de beneficios en los últimos tres años.
Sin embargo, en la recta final los operadores invirtieron la tendencia y fueron recuperando posiciones hasta borrar todo lo perdido para terminar con saldo positivo: el Dow no tuvo variación porcentual, el S&P 500 sumó un 0.10 % y el Nasdaq un 0.15 %.
Impulsados, en buena medida, por valores tecnológicos como Apple (1.54%) y las petroleras Exxon Mobil (1.70%) y Chevron (1.20%), que celebraron que el barril de Texas frenara el desplome del día anterior y subiera un poco, hasta 43.30 dólares.
El llamado 'oro negro' sigue en niveles que no se veían desde hace seis años, pero este miércoles logró sumar unos centavos tras conocerse que las reservas de petróleo en Estados Unidos bajaron la semana pasada en 1.7 millones de barriles.
Pese a la salida airosa de hoy, en los pasillos de Wall Street se sigue con máxima expectación la devaluación del yuan ya que podría complicar la decisión de la Reserva Federal sobre cuándo empezar a subir los tipos de interés.