El Gobierno de Estados Unidos inició una campaña para familiarizar al público con los nuevos billetes de 100 dólares que empezarán a circular el 10 de febrero de 2011 y con los que se busca reducir la falsificación.
En la nueva versión del papel moneda, la efigie de Benjamín Franklin es casi lo único que conserva la tonalidad verdegrís tradicional. El primer cambio está en la microimpresión, que requiere 650,000 lentes diminutos para cada billete multicolor que tiene una cinta tridimensional de seguridad y una “Campana de la Libertad” que cambia de colores cuando se inclina el billete, pasando de un tono de cobre al verde.
La cinta de seguridad que puede palparse, es de color azul y cruza verticalmente el centro del billete con imágenes de campanas y el número 100. Cuando se inclina el billete de un lado a otro, las campanas pasan a ser el número 100.
Según el Gobierno, será fácil verificar la autenticidad de los nuevos billetes que saldrán en fajos de 10,000 dólares desde el Banco de la Reserva Federal.
Reforma
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, también promulgó ayer la mayor reforma financiera desde la Gran Depresión que, a su juicio, pondrá fin a los rescates de Wall Street y dará las protecciones más fuertes para los consumidores en la historia del país.
Obama firmó la ley en una ceremonia ante cerca de 400 líderes de los sectores público y privado y activistas cívicos, que tuvieron destacados papeles en la elaboración y aprobación de la ley.
El mandatario señaló que “la causa principal de la recesión económica fue el descalabro de nuestro sistema financiero”, y que la crisis de 2008 fue fruto de la irresponsabilidad de algunos sectores en Wall Street y en los corredores del poder en Washington.
La reforma financiera, aprobada en el Congreso con el apoyo de sólo un puñado de republicanos, permite que el Gobierno desmantele a empresas que puedan poner en peligro a la economía; crea una entidad de protección financiera para los consumidores, y aumenta la supervisión del complejo entramado financiero del país.
Entre los asistentes a la ceremonia figuraron dos estadounidenses afectados por los excesos de la industria bancaria y que fueron seleccionados por la Casa Blanca como ejemplo de los beneficios que traerá la reforma financiera.