San Pedro Sula.
Entonces, en esa visión integral de la administración de riesgo hay una serie de componentes que plantean escenarios en caso de ocurrir circunstancias extremas, como que ocurra un huracán y tengamos que cerrar agencias, pero este grado de severidad, como lo estamos viviendo ahora, en que la economía en general se tenga que parar y que no hay aportaciones de las empresas y los trabajadores, porque es importante que esos valores queden en beneficio de los hogares y las empresas, en ninguna forma lo hubiéramos previsto.
Tenemos contratado a un equipo de médicos que nos están ayudando a supervisar todas nuestras actividades internas, la ubicación de los escritorios, retornos de los aires acondicionados; es decir, este es un plan integral que provee seguridad tanto de nuestros colaboradores como los afiliados al momento que empecemos a recibirlos en nuestras salas de atención.
La normativa del Régimen de Aportaciones Privadas (RAP) incluye qué acciones ejecutar ante escenarios complejos, como desastres naturales, pero nunca se había previsto una situación como la actual a causa de la pandemia, refiere su gerente general Enrique Burgos, quien explica en entrevista con LA PRENSA cómo opera la institución y qué servicios está prestando en beneficio de afiliados suspendidos y desempleados.
Durante los 27 años de historia del RAP pasó el huracán Mitch y las crisis políticas de 2009 y 2017, ¿qué tan grave es la situación actual a raíz del covid-19 respecto a hechos pasados?
Es una situación sin precedentes. Como institución financiera tenemos una serie de normativas emitidas por la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) y algunos estándares internacionales también, en los cuales a las instituciones financieras se les considera administradoras de riesgo.
| Canales de comunicación
El RAP ha habilitado distintos canales de comunicación para los afiliados, disponibles en redes sociales o al número de WhatsApp 9442-4366.
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¿Qué acciones ha hecho el RAP a lo interno desde que inició la emergencia?
Se ha tenido que activar una serie de mecanismos y había escenarios previstos, como para desastres naturales, que han podido ayudar. Por ejemplo, la existencia de un comité de continuidad de negocios, que así lo llama la normativa. Dentro de ese comité hay una serie de equipos de trabajo que tienen que ver con la informática, la logística, el personal y otros, y cuando vino la emergencia todo esto se activó; pero realmente se activó para iniciar un proceso de aprendizaje de prácticamente todo lo que venía, tomar estos protocolos de seguridad sanitaria.
| Servicio por Banrural
Por el momento, las oficinas del RAP en SPS, Tegucigalpa y La Ceiba están cerradas, pero el usuario puede ir a cualquiera de las agencias de Banrural.
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¿Cuándo estará abierto al público el RAP?
Nosotros tenemos contratada la red de agencias de Banrural para la atención de los procesos críticos para los afiliados, que son principalmente la devolución de fondos que están directamente relacionados a la terminación del contrato de trabajo, conocido como el fondo de cesantías.
La ventaja es que el trabajador se puede acercar a cualquiera de las 75 agencias de Banrural, en lugar de las tres del RAP. Con esto abrimos bastante el abanico de oportunidades para atender a nuestros afiliados y a lo largo de todo el territorio nacional; o sea, que ya no es necesario que un trabajador tenga que viajar, sino que puede ir a las agencias de Banrural y allí llenar solicitudes para la devolución del fondo de cesantía, que sería la terminación del contrato de trabajo.
¿Qué pasa con los empleados que están suspendidos temporalmente?
En el caso de la suspensión fuimos más allá. Ese es un proceso que lo inicia la empresa y no el trabajador. En el diseño del programa Aporte Solidario uno de los objetivos era que los fondos llegaran directamente a la cuenta del trabajador por vía digital, precisamente para evitar aglomeraciones o tener filas y gente esperando.
Normalmente atendemos a los afiliados uno a uno, pero ya cuando se trata de la suspensión, en la que es toda una empresa que solicita que se le devuelvan ahorros al trabajador, en este caso los 3,000 lempiras; es decir, son procesos nuevos y esto hubiera provocado un tremendo problema sanitario en cuanto a la cantidad de personas. Por ello acá hubo un esfuerzo grande, de manera que fuera la empresa que lo solicitara a través de la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social, y de allí nosotros llegar hasta la cuenta del trabajador por la vía digital. De allí tenemos otra serie de transacciones, siempre ligadas a la terminación del contrato de trabajo.
¿Qué ha cambiado ahora con la entrega de excedentes para los trabajadores?
La regulación de excedentes previo a la pandemia era que la persona tenía que esperar un año tras estar desempleada, ya que funcionaba como un seguro de desempleo. Ahora bajo el estado de emergencia sanitaria, la persona tiene el derecho de retirar sus excedentes en el momento; o sea, tras la terminación del contrato de trabajo, y la forma de atenderlo siempre es por Banrural. Es muy importante indicar que tiene que llegar por la transacción específica.
