La próxima emisión de bonos soberanos que prepara Honduras tiene la consigna de tener éxito. El país se juega su calificación de riesgo en caso de un eventual incumplimiento.
La calificación de deuda que otorgan las firmas calificadoras es uno de los principales factores que toman en cuenta los potenciales inversionistas que consideren comprar deuda soberana, una práctica en la que Honduras no tiene ni la experiencia suficiente ni ha dado pruebas sólidas de confiabilidad.
“Quien compra los bonos se pregunta qué credibilidad tiene el emisor, en este caso, el Gobierno. Honduras está aplazado en cumplimiento de pagos de deuda, al grado que han tenido que condonársela”, advierte el analista Carlos Urbizo”.
El también analista Federico Álvarez, expresidente del BCIE (Banco Centroamericano de Integración económica), recuerda que en tiempos recientes, la experiencia de los Gobiernos hondureños ha sido principalmente con deuda interna.
“Los bonos que ha emitido Honduras internamente no los ha pagado, sino que cuando viene el vencimiento de esos bonos, lo que hace es que coloca otros bonos y con esos paga o lo que hace es ir donde el acreedor y acuerda con él pagarle el vencimiento de los bonos con otros bonos, aunque le promete mejores tasas de interés”.Álvarez señala que ese tipo de flexibilidad no puede esperarse en el mercado internacional. “Cuando se va al mercado, el riesgo es que se tiene que pagar, sí o sí, no hay otra opción y se tiene que pagar en los términos acordados.
En el caso de un hipotético incumplimiento, el resultado sería, según los analistas, que el país perdería cualquier credibilidad que tuviera, por lo que las puertas del mercado externo de deuda le quedarían permanentemente cerradas en algunos casos o cuando menos tendrían que pasar décadas antes de que el país se recupere de la pérdida de confianza del mercado.
Las consecuencias de un eventual incumplimiento no ser harían esperar. “Hay un riesgo cuando la deuda está colocada con bancos privados, o con tenedores privados, que en un momento dado pueden tomar una acción legal”, observa Urbizo.
Por otra parte, aunque las condiciones de endeudamiento externo son más favorables que las del interno, distan mucho de las condiciones concesionales que otorgan los organismos financieros multilaterales, más interesados en apoyar al país que en ganar dinero. Dichas condiciones incluyen plazos de pago muy largos (de hasta 40 años), períodos de gracia (de hasta 10 años) y bajas tasas de interés (típicamente de alrededor de un 1%). Tales condiciones no existen en el mercado internacional de deuda.
Costo de la emisión
El economista Raúl Reina, miembro del CHE (Colegio Hondureño de Economistas), añade otro factor de riesgo a la lista: “La deuda externa podría resultar más cara por el riesgo de devaluación, un factor que nadie considera”.Reina explica que la depreciación de la moneda, que en el último año le ha quitado al lempira hasta un 5% de su valor, es un costo que se agrega al costo de los bonos.
Mientras que el promedio tasas de interés en Centroamérica oscila entre 5 y 6%, Honduras trendría que ofrecer no solo una tasa igual o superior, sino también añadirle el costo de la depreciación. “Podría llegar a 11 o 12%”, dice Reina, en el supuesto de que la tasa de depreciación se mantenga estable.El reto es grande y Honduras todavía tiene que demostrar que se encuentra a la altura de enfrentar las circunstancias del mercado.