San Pedro Sula, Honduras.
Tengo que admitirlo. Me impresionó Yadiel Martínez. Pensé que era un árbitro amateur, pero no. Técnicamente, impecable. Sanciona con gran criterio y es un portento físico. Siempre está cerquita de la jugada.
Antes del partido contra Canadá me asustó que la Concacaf decidiera nombrar a un árbitro cubano para un juego vital que decidía el futuro de dos países en la eliminatoria.
En Cuba no hay liga. No tiene experiencia. El escenario se lo va a comer, pensé. Pero a medida pasaban los minutos, Yadiel se agigantaba. Tenía control total del partido. Se jugaba, aparentemente, como él quería, mejor dicho, como Canadá quería.
 Nelson García, Jefe de Redacción de LA PRENSA
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Juego cortado. Hondureños, amedrentados y los canadienses tirándose al suelo con su complacencia, haciendo tiempo a sus anchas.
Nos estaban tomando el pelo. Y, hoy, según parece, nos siguen tomando el pelo.
Pero volvamos a esa tarde calurosa de 2 de septiembre de 2016. Todas las acciones dudosas, el caribeño las sancionó a favor de Canadá.
Su arbitraje fue tan escandaloso y parcializado que levantó sospechas. Incluso, muchos analistas extranjeros al referirse al malestar de Pinto contra el árbitro, arguyeron que “Alfredo Hawit ya no está en Concacaf. Es una probadita de su propia medicina”.
¿Qué nos quisieron dar a entender mencionándonos a Hawit? ¿Cuál es es el mensaje que nos manda Concacaf con este descabellado nombramiento? ¿Por qué tanta falta de tino, de lógica y de sentido común? ¿O es que acaso el visor del partido no informó a sus superiores sobre el arbitraje parcializado de Yadiel?
La verdad, la escogencia del cubano tan pronto para un juego de Honduras manda un mensaje claro. Es un premio al “gran trabajo” que realizó en ese partido.
Yadiel, no queremos que le ayudés a Honduras, no pretendemos que seás localista. Simplemente, que apliqués el reglamento y punto.
Que haya el Fair play que no hubo el pasado 2 de septiembre. Que pités, sin sesgo, “sin manchar la pelota”, como ruega Maradona.
El balón rueda hoy. Vamos a olvidarnos de la mafia que imperó en Concacaf. Por algo muchos dirigentes están presos.
Hoy se juega una gran final en el Olímpico. México y Costa Rica parten, a priori, como los más fuertes. Honduras y Panamá vienen luego. Este no es un juego cualquiera. El vencedor sale fortalecido y dará un paso gigantesco a Rusia 2018.
Que decidan los protagonistas, no los de pantalón largo. Por eso, Yadiel, te pedimos que no inclinés la balanza ni seás el verdugo de la pelota ni del sueño de millones de personas que tienen en el fútbol una fuente de alegría y un resorte que impulsa su patriotismo.
Te estaremos mirando, Yadiel, pero esperamos que pasés desapercibido. Suerte, y aplicá el reglamento con transparencia.
